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Pocas cosas tienen el poder de transformar la vida de un ser humano como el acceso a la energía eléctrica. Llevar este servicio a las personas que no lo tienen rompe las barreras que impiden el desarrollo e impacta positivamente los indicadores de salud, educación, nutrición, conectividad y equidad de género, entre otros.
Si usted tiene la posibilidad de leer esta columna, seguramente cuenta con el servicio de energía eléctrica continuo y confiable, y no hace parte del 3 por ciento de la población colombiana que aún no tiene acceso a este recurso esencial en nuestra vida diaria, situación inaceptable en pleno siglo XXI.
Por esta razón, desde que inició el Gobierno del Presidente Iván Duque nos trazamos la meta más ambiciosa que haya tenido cualquier Gobierno en materia de cobertura eléctrica: llegar a 100.000 hogares colombianos durante el período 2018-2022 con recursos públicos, de los cuales, al menos, 40.000 están ubicados en municipios priorizados por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
El trabajo del Ministerio de Minas y Energía ya deja hechos concretos: 34.000 hogares, principalmente en Nariño, Chocó, Santander y Caquetá, recibieron por primera vez el poder transformador de la energía eléctrica en estos dos años. De estos hogares, más de 19.000 se encuentran en municipios PDET.
Este avance se ha logrado con una estrategia que incluye, por una parte, las inversiones para extender la red de interconexión nacional, beneficiando a 24.700 hogares, y, por otra, la expansión de soluciones solares individuales, que ha permitido a 9.700 hogares en departamentos como Arauca, Caquetá, Casanare, Córdoba y La Guajira, tener acceso a la Nueva Energía: limpia, confiable y a precios más eficientes.
El compromiso con los colombianos continúa. Actualmente, hay 137 proyectos en ejecución, en 26 departamentos, para llevar el servicio de energía eléctrica a otros 56.341 hogares, sin contar con los recursos que se asignarán en el periodo restante de Gobierno.
La conexión de estos hogares es posible gracias a los recursos públicos que se administran a través de los fondos FAER y FAZNI del Ministerio de Minas y Energía. Así mismo, gracias a las regalías que generan la minería y los hidrocarburos, y que permiten invertir estos recursos en obras que generan equidad y beneficio a las comunidades.
En los últimos dos años, con los recursos de regalías que genera el sector minero-energético y que fueron asignados por los OCAD Paz, se han aprobado 113 proyectos por más de $530.000 millones, que contribuirán a conectar al servicio de energía eléctrica a cerca de 33.300 hogares, superando en más de dos veces los recursos asignados y la población beneficiada del último cuatrienio.
Durante la pandemia, mantener el ritmo de las inversiones y el curso de los proyectos de acceso a la energía es fundamental para que los centros de salud puedan operar de manera continua y garantizar el funcionamiento de los sistemas de comunicaciones que permiten conectar a las poblaciones más vulnerables. Además, impulsa la generación de empleo y la reactivación sostenible en las regiones.
Todas estas acciones están alineadas con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7, que nos llama a “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna” y nos confirma el enfoque bajo el cual el suministro de energía eléctrica no solo implica llevar un servicio público esencial a los hogares, sino que mejora de manera integral la calidad de vida de los colombianos.
*Viceministro de Minas y Energía