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´Podríamos despedir la pandemia comenzando el próximo año´: Minsalud

´Tengo una responsabilidad y debo actuar en consecuencia. No podemos permitir que el día de mañana tengamos déficit de camas por tenerlas ocupadas por pacientes que no las requerían´, dice el Ministro de Salud.

Colombia superó esta semana los 35 mil casos de Covid-19 y las mil muertes por esta pandemia.

Si bien los cálculos indican que en Colombia ha habido 18 muertes por millón de habitantes, una cifra baja en comparación con otras zonas del continente como Brasil, Ecuador y Estados Unidos, el numero de contagios se ha ido acelerando en las últimas semanas y las alertas por ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos en ciudades como Cartagena, Leticia o Quibdó, ya empezaron a prenderse. Solo en Bogotá, ya está muy cerca de declararse la alerta naranja, pues la ocupación de UCI ya superó el 46 %.

Aunque aún el pico de contagio está por llegar, el ministro de Salud, Fernando Ruíz Gómez, está convencido de que las semanas que ganó el país con la cuarentena fueron esenciales no para impedir que el virus avanzara, porque es imposible, sino para que el sistema de salud del país no colapse. «Esperamos que sea (un pico) chato para que siempre tengamos capacidad de atender a los pacientes», afirma en entrevista con Colprensa y HOY DIARIO DEL MAGDALENA

También habla sobre la coordinación con las autoridades locales, sobre la salud mental de los colombianos y sobre la «nueva normalidad».

Este tiempo de cuarentena tenía un objetivo, que era fortalecer nuestro sistema de salud. ¿Cómo nos fue en estos últimos tres meses en ese sentido?

Aprovechamos el tiempo de la mejor manera posible. En apenas tres meses, desarrollamos una estrategia que contempló aspectos financieros, normativos y, por supuesto, sanitarios. Por ejemplo, hemos girado 22,3 billones de pesos para sanear deudas y para que los actores del sector y las entidades territoriales tengan un mayor flujo de caja para enfrentar la crisis.

Por otra parte, expedimos más de veinte resoluciones con todos los protocolos de bioseguridad para la reapertura de distintos sectores. Y, como todo el mundo lo ha observado, ampliamos las capacidades de diagnóstico y hospitalarias de manera significativa. Tenemos ya 64 laboratorios operando, con los que podremos procesar hasta 16.000 pruebas diarias.

¿Cómo vamos con el tema de Unidades de Cuidado Intensivo?

Comenzamos con 5.300 camas en estas unidades y, gracias al esfuerzo de las entidades territoriales, ya vamos en más de 6.300. A eso se suma que, desde el Gobierno, adquirimos 2.767 ventiladores, que es el dispositivo clave para crear nuevas UCI. Gracias a la ampliación de esas capacidades, la ocupación de UCI en el promedio del país no ha superado el 60 por ciento, a pesar de que el número de pacientes aumente día a día. Todo este proceso de expansión lo hemos acompañado con la gestión de cursos y entrenamientos para los trabajadores del sector que laboran en estas unidades.

El Gobierno le ha dado un amplio margen de maniobra a los alcaldes para enfrentar la pandemia. ¿Qué hacer en sitios en donde la estrategia local parece no funcionar como en Cartagena o Leticia? ¿El Gobierno va a intervenir como se lo ha sugerido la Procuraduría?

Estamos prestando un acompañamiento y haciendo un seguimiento permanente en las dos ciudades. No solo enviamos a cada una personal del Ministerio de Salud, sino que hemos colaborado con dotación en los hospitales. Justamente, los primeros 29 ventiladores adquiridos por el Gobierno fueron entregados al Hospital Universitario de Caribe, de Cartagena.

Entendiendo que es difícil sostener la cuarentena, ¿no cree que se ha flexibilizado demasiado pronto sabiendo que el pico de la epidemia no ha llegado?

La verdad es que si se hubiera mantenido el ritmo de crecimiento que la epidemia tuvo durante el aislamiento preventivo en abril, jamás llegaríamos al pico y la solución del problema se dilataría indefinidamente. En esos días, logramos lentificar a tal grado la velocidad de propagación que experimentamos algo que se llama supresión, que fue positivo en la medida que nos dio tiempo para prepararnos, pero que no puede prolongarse más allá de lo necesario porque no soluciona el problema. La estrategia de mitigación que estamos poniendo en práctica busca que el ritmo de propagación sea lento, y eso solo se logra con una apertura gradual. Solo así habrá un pico, que esperamos que sea chato para que siempre tengamos capacidad de atender a los pacientes  y evitar que se compliquen. Solo así podremos salir adelante.

Algunos expertos advierten que ahora viene una nueva epidemia relacionada con la salud mental de los colombianos por estos meses de cuarentena. ¿Cómo ve el Gobierno esta situación? ¿Es un motivo de preocupación?

Por supuesto, la salud mental es una preocupación que hemos tenido desde el comienzo, y por eso, dentro de las acciones llevadas a cabo durante el aislamiento preventivo obligatorio, incluimos la pedagogía para la prevención de trastornos de esta índole y habilitamos una línea telefónica para atender este tipo de casos. Más recientemente, los lineamientos para las actividades al aire libre de niños, niñas y adolescentes y para adultos mayores buscan aliviar los problemas derivados del encierro. De cualquier manera, ojalá siempre tengamos presente que los trastornos mentales causados por el aislamiento físico siempre serán menores que los causados por la pérdida de vidas.

Viendo la evolución que ha tenido la pandemia en el mundo, ¿cree que Colombia está lista para lo que llaman ‘nueva normalidad’ de convivir con el virus?

La capacidad de adaptación ha sido la clave de nuestra supervivencia como especie. Somos seres de costumbres. El proceso de cambio es lento, pero siempre ha sido posible, por eso estoy seguro de que las tres medidas clave –el uso del tapabocas, el lavado de manos y el distanciamiento físico– se nos volverán parte de la rutina diaria, casi sin darnos cuenta. La nueva normalidad, en el corto plazo, no es una elección, es la realidad que tenemos que enfrentar. La epidemia pasará progresivamente, pero el virus se quedará circulando entre nosotros, como ya ocurrió con el AH1N1, con el chikunguña y con el zika.

¿Hay algún cálculo que considere realista sobre cuándo saldremos de esta situación?

La paradoja de todo esto es que no podemos consolarnos con la frase “pronto pasará”, porque si pasa pronto el pico es muy alto y corremos el riesgo de perder muchas vidas. Nuestros modelos iniciales nos mostraron que la implementación de medidas adecuadas nos permitiría estar despidiendo la pandemia en Colombia a comienzos del año entrante./Colprensa

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