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Brasil es uno de los países en que la pandemia crece más deprisa, pero el presidente Jair Bolsonaro sigue opuesto a medidas de confinamiento
El coronavirus avanza inexorable en América Latina, con más de 600.000 casos y casi 35.000 muertos, dejando oscuros pronósticos en materia económica y de empleo, mientras Europa regresa lentamente a la vida y China se apresta a cantar «victoria» contra el virus.
El aumento exponencial de casos en Brasil (291.579, el doble que hace 9 días), en Perú (104.020), México (56.594) y Chile (53.617) impulsan el avance de la covid-19 en Latinoamérica.
La pandemia dejará 11,5 millones de nuevos desempleados en 2020 en América Latina, un aumento de 3,4 puntos porcentuales, lo cual llevará el número total de desocupados a 37,7 millones de personas, según un informe de la CEPAL y la OIT presentado este jueves en Santiago.
La contracción económica en la región será de un 5,3% este año -la peor desde 1930- y tendrá «efectos negativos» sobre la tasa de desocupación, que alcanzará 11,5% en 2020, indica el reporte.
Estados Unidos, en tanto, alcanzó los 38,6 millones de pedidos de subsidio por desempleo desde mediados de marzo y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, advirtió de la «fuerte probabilidad» de más ayuda tras los 3 billones de dólares ya inyectados a la economía.
Brasil es uno de los países en que la pandemia crece más deprisa, pero el presidente Jair Bolsonaro sigue opuesto a medidas de confinamiento por considerar que una paralización de Brasil podría causar un daño mayor que la propia epidemia y que una cantidad aún mayor de brasileños morirían o padecerían graves consecuencias a causa de ello.
En una entrevista con la AFP, el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, de 76 años, dijo temer que los pueblos indígenas del Amazonas sean víctimas de un «genocidio» si no se les protege ante esta pandemia.
La confederación de indígenas amazónicos de Ecuador reclamó atención eficiente por el coronavirus, que según alegan deja 73 contagios y cinco muertos en sus comunidades.
En el mayor cementerio de América Latina, en Sao Paulo, el ritmo es frenético. «Nuestro promedio era de 30-35 [entierros] diarios; un día fuerte, 45. Actualmente estamos enterrando a 60», dice James Alan, supervisor de uno de los equipos de sepultureros del camposanto de Vola Formosa.
En Perú, que superó los 100.000 contagios y las 3.000 muertes, los hospitales están colapsados y familiares de fallecidos y personal sanitario denuncian falta de equipos y medicinas.
«Es como una película de terror, adentro (del hospital) parece como un cementerio por los cadáveres, los pacientes mueren en sus sillas, (o) en sillas de ruedas», dijo a la AFP el enfermero Miguel Armas, del hospital Hipólito Unanue de Lima.
Chile, que recibió a la pandemia tras seis meses de crisis social que golpearon duramente su economía, se acerca a los 60.000 casos y las protestas en Santiago se han extendido para denunciar la falta de alimentos.
Ecuador, severamente afectado con casi 35.000 casos y casi 3.000 muertos, comenzó el miércoles su desconfinamiento, pero enfrenta un nuevo problema: dos tercios de los presos de una prisión están contagiados.
En tanto, cientos de transportistas bloqueaban rutas en Honduras en demanda de un bono para subsistir ante el toque de queda implantado por el gobierno para contener la propagación del coronavirus.
Guatemala, donde una nueva ley obliga a proporcionar servicios básicos públicos y privados ante la pandemia, recriminó a Estados Unidos la deportación de migrantes enfermos de covid-19.