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El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, reiteró ante miles de seguidores en Brasilia su discurso contra el confinamiento, en un momento en el que se dispara el número de casos de coronavirus en el país.
«La destrucción de los empleos por parte de algunos gobernadores es irresponsable e inadmisible. Vamos a pagarlo caro en el futuro», declaró el jefe de Estado en un retransmisión de la manifestación en directo por Facebook.
En Brasil, las medidas de confinamiento son competencia de los gobernadores estatales que las imponen localmente, de forma más o menos estricta.
La manifestación del domingo en Brasilia reunió a una multitud más numerosa que en las semanas anteriores, con muchas pancartas contra Rodrigo Maia, el presidente de la Cámara de Diputados, y Sergio Moro, el exministro de Justicia, que dimitió la semana pasada con acusaciones con acusaciones de injerencia contra Bolsonaro.
Algunos de los presentes reclamaron una «intervención militar».
Pero, a diferencia de las protestas anteriores, el presidente ultraderechista, que no llevaba mascarilla, se mantuvo a distancia de sus seguidores, desde la rampa de su residencia oficial del Palacio de la Alvorada.
En vez de alentar a la multitud, el mandatario se conformó con hacer un breve discurso ante la cámara. Luego bajó la rampa con su hija Laura, de nueve años, para saludar a los manifestantes, pero se quedó a más de dos metros de la muchedumbre.
«El pueblo está con nosotros, y el ejército está del lado de la ley, del orden, de la libertad y de la democracia», afirmó.
El diario Estado de S. Paulo, uno de los más importantes del país, contó que un grupo de manifestantes empujó y dio patadas a uno de sus fotógrafos y su chófer.
Brasil ha registrado cerca de 100.000 casos de covid-19 y más de 6.700 fallecidos desde el principio de la epidemia en diciembre en China.