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El jueves, el Acuerdo de Paz recibió un espaldarazo fundamental: en la Cumbre sobre Paz Territorial con las Autoridades Locales y Regionales, realizada en Bogotá por iniciativa de la alcaldesa Claudia López y del movimiento Defendamos La Paz, las alcaldías de ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Cartagena, Villavicencio y Santa Marta, y muchas de los municipios Pdet, así como algunas gobernaciones, se comprometieron a implementar el Acuerdo de Paz en sus Planes de Desarrollo.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, estuvo representado por su Secretario de Paz y Cultura Ciudadana, Danis Antonio Rentería Chalá, quien firmó ese compromiso en el que se agrega que se creará “la red nacional de autoridades locales por la paz”, de manera que puedan “sumar esfuerzos, compartir experiencias e impulsar (…) iniciativas de manera conjunta.”
Lo anterior significa que, así al Presidente Duque no le guste, los alcaldes y gobernadores independientes y alternativos elegidos en las pasadas elecciones, van a dejar sentir su poder y se la van a jugar a fondo por la implementación del Acuerdo de La Habana, sobre el cual dicen que “está cambiando el país, ampliando la participación ciudadana, promoviendo la construcción de un verdad plural, salvando vidas y acercándonos a la reconciliación nacional”. Y agregan que ese compromiso lo celebran “amparados en el artículo 22 de la Constitución”, “que establece la paz como derecho y deber de obligatorio cumplimiento, y en el acto legislativo 02 de 2017 que incorpora a nuestro ordenamiento jurídico todos los elementos del acuerdo de paz en materia de Derechos Fundamentales, Derechos Humanos y Derecho internacional Humanitario”.
Así que más vale que Duque no siga manteniendo una posición ambigua con respecto al Acuerdo de Paz: porque si no, ¿cómo se explica que afirme, especialmente en el exterior, que lo apoya y, por otra, le lance el torpedo de las objeciones a la ley estatutaria de la JEP? ¿O que nombre Consejero Presidencial para la Estabilización y la Consolidación a Emilio José Archila, quien trabaja en favor del Acuerdo (o pregona que lo hace) y, por otra, designe como director de la Unidad Nacional de Protección a Daniel Palacios, quien emitía agresivos trinos contra los desmovilizados de las Farc, a los que ahora tiene que cuidar y, por supuesto, ellos desconfían de que él vaya a protegerlos?
Es que Duque y su gobierno, como un todo, tienen que comprometerse a implementar integralmente el Acuerdo de Paz, porque esa es la única vía para consolidarla y para que él pueda empezar a gobernar. Y, para lograrlo, el país entero, más los nueve millones de víctimas y los actores del conflicto, debemos sentir que el Presidente tiene la voluntad política de salvar la paz.
Y, a propósito, vale la pena que él analice la intervención que, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, hizo hace poco el Presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco De Roux, en la que dice, entre otras cosas, que “cuando hay gobiernos nuevos, que no firmaron el acuerdo de Estado, no son claros en apoyar lo acordado y crean dudas sobre la transición puesta en marcha, en la sociedad se recrudece la polarización, (…) y se debilitan los mismos programas con excombatientes y comunidades que la administración ejecuta para mostrar que está con la paz.”
Así que en sus manos está, Presidente, no debilitar sus programas ni polarizar aún más el país.
*Periodista*Escritora