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Como llegó Fluffy a la veterinaria y luego comenza´ndose a recuperar.
Era difícil distinguirla del blanco paisaje. Fluffy, una gata que le gusta andar por las calles yacía cubierto. Parecía congelado, una bola de nieve y no un felino.
Sus dueños la encontraron en esa condición y de inmediato la llevaron a la Clínica Animal de Kalispell, en Montana Estados Unidos.
Eran los días más fríos del vórtice polar que envolvió gran parte de Estados Unidos, con temperaturas tan bajas de hasta -30° C, que bajan a -51°C si se suma el viento gélido.
Fluffy era una bola mitad hielo, mitad nieve, de acuerdo con las noticias de esa zona.
Pero la pequeña felina no llegó como un bloque de hielo a la veterinaria, según dijo Andrea Dutter, directora ejecutiva de aquella Clínica, al Washington Post. Y menos mal.
Al tomarle la temperatura, el termómetro solo registró 32 ° C. Es que ese es el límite inferior de estos dispositivos para gatos. Ellos tienen una temperatura solo un poco más alta que la de los humanos.
“De inmediato comenzamos a calentarla”, explicó Dutter. “Agua tibia, paños calientes, toallas calientes”, agregó.
¿Respondió? “A la hora comenzó a temblar”, relató.
Fluffy es una gata que vive en interior y a la vez en exteriores, porque concoe muy bien el camino de regreso a casa. Para quienes la atendieron, pudo ser que algún problema detuvo su camino y comenzó a congelarse. Los médicos encontraron luego que tenía una herida.
A diferencia de las ranas, que se pueden volver sólidas en invierno, congeladas, y vuelven a croar en la primavera,la biología de los gatos es diferente y no pueden sobrevivir cubiertos por la nieve.
Por fortuna Fluffy fue hallada antes de que se solidificara y muriera.
Ahora es la gata que volvió del frío.
El Colombiano