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Las cifras nos están indicando que la cobertura digital en Colombia avanza a paso muy lento, lo que trae consecuencias muy apreciables no solo para el desarrollo, sino también para el avance de la educación que se apalanca de manera significativa en el acceso a la tecnología.
La cifra más significativa es el porcentaje de hogares en las áreas rurales que tienen computador, que sólo llega al 8,5%, lo que quiere decir que en el campo, la población está alejada de la modernidad y privada de acceder a la información, en donde claramente vemos tres factores que están afectando: el primero la ausencia de mecanismos para acceder a la educación, el segundo la falta de voluntad para adquirir un equipo, pues no es posible conectarlo a la red de internet; y la tercera, la carencia de energía en muchos sectores, que imposibilitan definitivamente cualquier intento de accesibilidad.
El anterior gobierno asignó una partida de $70.000 millones para financiar una expansión de la red de internet a las zonas rurales, y ese dinero terminó en un escenario de corrupción que todavía no se ha esclarecido, y en la actualidad, no vemos tampoco un esfuerzo significativo que permita vislumbrar una transformación de esas lamentables cifras.
Si el campesino logra unas condiciones para poder estar en capacidad de utilizar las redes disponibles, con toda la información que contienen, muy seguramente podrá capacitarse en muchos oficios, que le permitirán mayores posibilidades para abordar su trabajo, para tecnificarlo y para sacar mayores provechos.
Igualmente, los estudiantes de las zonas rurales estarán en capacidad de manejar con mayores rendimientos su proceso educativo, tal como sí lo pueden hacer los estudiantes de las ciudades.
Fuera de eso la utilización del celular, permite tener a la mano una herramienta con un infinito de posibilidades. Sabemos que en los grandes centros urbanos la inmensa mayoría de las personas tienen acceso a internet, pero eso no funciona para las zonas rurales.
Creo firmemente, en que un esfuerzo grande en conectividad y en aseguramiento de la energía eléctrica, constituiría un factor muy importante para la transformación del ser humano en las regiones apartadas.
Fuera de eso la administración pública: alcaldías, registradurías, notarías, recaudación de rentas, hospitales, juzgados y demás dependencias podrían mejorar significativamente su gestión, pudiendo contar con herramientas que permitan no solo la accesibilidad, sino la transmisión de información oportuna para dinamizar el servicio público.
Y que se exija de una vez un plazo cierto para la implementación del 5G, pues apenas está llegando al 6% y las operadoras no han querido hacer las inversiones a la velocidad que se requiere y además dentro de los plazos a que se han comprometido en donde siempre han incumplido sin que pase nada.
*Abogado.