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Tiene razón el ministro de Hacienda, Diego Guevara, al expresar su preocupación frente a lo que ha sido el bajo recaudo de impuestos, que el año pasado alcanzó la enorme cifra de $18,6 billones, lo que ocasionó toda una hecatombe en el cumplimiento de las ejecuciones presupuestales de los distintos ministerios y dependencias oficiales.
La razón está en el crecimiento económico, pues de un 7% experimentado en el 2022, se pasó a un 0,6% en el 2023 y para 2024 apenas llegó al 1,7%. Todo este panorama obligó a las autoridades económicas a tener que rehacer las cuentas y a poner en práctica un recorte presupuestas que alcanzó los $28,4 billones y que significó que muchas apropiaciones para proyectos esencies quedaran aplazadas, mientras otras definitivamente archivadas.
El momento es sin duda de extremas urgencias; defender un crecimiento digno, resulta ser un imperativo para poder estar en condiciones de mejorar el panorama social del país, y los expertos dicen que debe ser del 5%.
Qué bueno sería que ese análisis estuviera revestido por un gran esfuerzo nacional que congregara a los diferentes sectores comprometidos, en una acción conjunta con el gobierno que permita identificar causas, emprender acciones y hacer seguimientos para que se cumplan las expectativas.
Los sectores que han tenido un comportamiento en rojo, como vivienda (-4,3%) cemento (-5,4%) hotelería y turismo (-2,6%) industria (-2,0%) petroleo (-0,6%) exportaciones (-0,4%), todo ello sumado a lo que fue la caída en el gasto de los hogares (-0,1%) amerita un esfuerzo de enormes proporciones para que sea posible enderezar esas caídas que ponen en angustiosos aprietos el presupuesto y que alejan la inversión, haciendo imposible el cumplimiento de las metas trasadas.
Y todo esto se agrava con las exigencias de gasto por el deterioro del orden público como el Catatumbo, Chocó y Cauca, pues la acción de los grupos armados ha provocado muertes, destrucción y desplazamiento forzado, generándose un flagelo de miles de indefensos ciudadanos que no encuentran una salida a su angustiosa tragedia. El propio ministro de la Defensa dijo que la razón de esa problemática está en que no se han podido hacer las inversiones prometidas.
La tarea entonces es larga y de una enorme responsabilidad, en donde se requiere un equipo compacto, con gran sentido de compromiso y con el impulso de una acción conjunta, en todos los sectores se sientan representados en el impulso de los objetivos. El profesor Alfonso Gómez Méndez nos acaba de recordar una frase de Restrepo Piedrahíta “vale la pena trabajar por Colombia”. Ojalá así lo entiendan quienes tienen las responsabilidades en sus manos. Las cifras son las que al final
*Abogado