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Novena de Nuestra Señora de los Remedios

Nuestra Señora de los Remedios ruega por nosotros. El párroco de la Catedral Basílica de Santa Marta, Javier Garcerant Castro, invita a la feligresía de la Diócesis samaria, en especial a la Colonia de Riohacha y La Guajira residente en esta ciudad, al rezo de la Novena a Nuestra Señora de los Remedios que inicia este viernes 24 de enero y hasta el sábado 1 de febrero.

La novena se realizará en la Catedral Basílica de Santa Marta, hoy a partir de las 5:00 p.m. y se celebrará una Solemne Eucaristía, la cual será oficiada por monseñor José Mario Bacci Trespalacios, Obispo de la Diócesis samaria, el domingo 2 de febrero, a las 8:00 am.

NOVENA

Acto de contrición: Con todo el amor os amo, oh Jesús mío, por ser quién eres bondad infinita. Me pesa haber pecado y propongo nunca más ofenderte, ayudado de tu gracia, que imploro confiadamente. Gracias te sean dadas eternamente por la misericordia con que tratas a los pecadores, dándoles una Madre tan buena, como la advocación de la Virgen de Los Remedios.

Oración para todos los días: Dios te Salve, Soberana Virgen de Los Remedios, benignísima Madre de Dios, estrella resplandeciente del mar, luna hermosísima sin las menguantes de la culpa y escogida como el sol, para iluminar las almas y colmar de favores a la humanidad.

Dios te Salve, fidelísima María, Madre nuestra y remedio poderoso en nuestros males y quebrantos. Dios te Salve, Virgen llena de gracia, pues siendo Madre de Jesús, Cordero Divino, lo apacentaste con cándido sabroso néctar, quedando siempre más pura y limpia que los más encumbrados serafines, Dios te salve, Señora:

Oye bondadosa nuestros ruegos y súplicas; míranos propicia, pues como amada advocación nuestra, queremos, en esta novena, tributarte el tierno y cordial obsequio de nuestro filial amor. Ruega por nosotros, Madre de Los Remedios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

DÍA PRIMERO

La primera palabra con que saludó el Arcángel San Gabriel a Nuestra Señora fue Ave: esto es, Dios te Salve; porque Dios tiene puestos sus ojos en Ella y vela por su honor, con soberano empeño. Ave, decimos nosotros, Los desterrados hijos de Eva, pues esta Madre María, nos mereció los bienes celestiales, que malgastó y nos perdió la primera.

Ave, Rosa de celestial amenidad, que complaciste a Dios, desde el primer instante de tu ser natural. Ave, Paraíso de divina fragancia, que recreas el cielo y llenas de esperanza la tierra.

Ave, Judith vencedora. Ave, Ester valerosa, pues tienes sujetos a nuestros enemigos quebrantando su cabeza y apartando sus engaños de tus verdaderos devotos. Ave, Soberana Señora, Virgen de Los Remedios, que con maternal ternura cobijas a tus hijos, bajo e] manto de tu protección, y remedias las necesidades de cuantos a Ti confiadamente acuden.

Alégrate Virgen Cruentísima, porque Dios ha depositado, en tus manos, sus dones, al escogerte por Madre y te ha hecho tal merced, para que fueras nuestra Abogada. Nosotros te contemplamos toda gloriosa y con amor imploramos tus favores. Amén. (Medita y pide la gracia que deseas obtener en esta novena)

ORACIÓN FINAL

Oh Virgen de Los Remedios, la más pura, la más bella, la más santa de todas las criaturas. Quién pudiera lograr que todos los hombres te conozcan y amen como Tú mereces. A lo menos, yo me alegro al pensar en el gran número de justos que se sienten inflamados de tu amor, oh amable Reina.

Yo te amo también; mas no te amo como debiera, y quisiera tenerte un amor más tierno y generoso, pues amarte es señal de predestinación.

Deseo que me alcances la gracia de amar a Tu Divino Hijo, con todo el ardor de mi corazón, de consagrarme todo entero a su gloria y a la tuya.

Oh María, amable Madre mía, no ceses de rogar por mí, hasta que me vea seguro de poseer y amar a Dios, junto contigo, por toda la eternidad.

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