Así se prepara el narco-dictador de Nicolás Maduro para posesionarse

Mientras la justicia de los Estados Unidos ofrece la jugosa recompensa de 15 millones de dólares por la cabeza del narcodictador Nicolás Maduro, el régimen chavista se prepara para darle posesión este 10 de enero, luego que hace 5 meses y medio se robara las elecciones que en franca lead ganó Edmundo González.

En las últimas horas Caracas ha sido tomada por la Fuerza Armada Bolivariana mientras que  la oposición ha hecho un llamado a las calles, por lo que es incierto lo que pueda ocurrir en Venezuela este 10 de enero.

Es esa la fecha en la que debe tomar posesión la persona que asuma como Presidente de Venezuela para los próximos seis años, aunque el Consejo Nacional Electoral, que permanece bajo el control del chavismo, declaró ganador anticipadamente a Nicolás Maduro, sin mostrar las actas oficiales de los resultados de los comicios.

Consciente de la inmensa pérdida de respaldo entre los venezolanos, el régimen chavista prohibió que pudieran votar los ciudadanos que se encontraban fuera del país, inhabilitó como candidata a María Corina Machado y ocultó los resultados reales de las votaciones, según las denuncias.

No obstante, la oposición venezolana recolectó las actas de los testigos en las mesas y, con más del 80 % de las actas , demostró el triunfo de Edmundo González en las urnas, ante lo que la respuesta del régimen fue iniciar la persecución y encarcelamiento de los dirigentes opositores, mientras los militares en las calles desplegaron una brutal represión que dejó decenas de heridas y una veintena de muertos.

APOYO A GONZÁLEZ

Aunque el virtual ganador de las presidenciales, Edmundo González, debió salir al exilio para evitar su captura por orden de Maduro, desde ayer inició una serie de visitas a varios países de América Latina, en preparación para su regreso a Venezuela a tomar posesión como presidente de la República ante la Asamblea Nacional.

Lo más probable es que sea el día 10 de enero la consolidación de la dictadura de Maduro, quien se resiste a abandonar el poder, y que sea una jornada marcada por la violencia de las Fuerzas Armadas contra el pueblo del vecino país protestando en las calles.

De otro lado, los venezolanos esperan hacerse sentir dentro y fuera del país, y con ese fin para ese día está convocada una movilización por parte de la líder opositora María Corina Machado, quien asegura que “Venezuela entera se encontrará en la calle, abrazándonos en un grito hermoso y poderoso de libertad”.

“En toda Venezuela, pueblos y ciudades, y en todas las ciudades del mundo. Donde hay un venezolano, al mismo tiempo, gritaremos el ‘Gloria al bravo pueblo’. Yo estaré contigo y tú tienes que estar ahí. Así como nadie puede votar por ti, nadie puede sustituirte ese día. Ese día, que se lo vamos a contar a nuestros nietos y la historia lo registrará para siempre. Venezolanos, la hora ha llegado”, agregó Machado, quien se encuentra en la clandestinidad.

El temor del desenlace en Venezuela por parte de la comunidad internacional es evidente. Tanto, que Naciones Unidas instó al chavismo a respetar los Derechos Humanos en víspera de la toma de posesión presidencial.

“Hacemos un fuerte llamado a las autoridades para que los derechos a manifestarse y a expresarse libremente puedan ser ejercidos sin miedo a posibles represalias”, escribió Marta Valiñas, presidenta de la Misión de Determinación de los Hechos.

UNA JORNADA INCIERTA

El escenario más probable de lo que pasará el 10 de enero en Venezuela es que Nicolás Maduro se impondrá como mandatario y que será capturado Edmundo González, pero ambas cosas tendrán un costo muy alto para la dictadura que gobierna el vecino país, según los analistas consultados.

“Lo que veremos a partir del 10 de enero es la continuación de un régimen dictatorial que cada vez tiene menos capacidad de legitimación y que se ha decantado por una salida cada vez más fuerte y violatoria de los Derechos Humanos”, explica Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.

“Es muy poco probable que la oposición pueda generar una situación que permita el desencadenamiento de una transición en Venezuela. Si bien nunca se tiene noción de cuál es el detonante para la caída de una dictadura o un autoritarismo, es muy difícil que esa situación se dé en este momento en Venezuela, porque el régimen ha demostrado gran capacidad para contener y someter a la población”, asegura.