El Magdalena registra 26 casos de suicidios

Las estadísticas señalan un mayor número de casos de hombres frente a las mujeres. Los expertos reclaman una política pública de salud mental.

El Magdalena registra 26 suicidios en lo que va del 2024. De estos casos, 15 se han presentado en Santa Marta, mientras que 11 han ocurrido en otros municipios del departamento, lo cual refleja la necesidad de implementar políticas públicas de salud mental más efectivas por parte de las autoridades.

Como algo que llama la atención de las autoridades se presenta el hecho que de los 26 casos de suicidios, 23 de ellos fueron cometidos por hombres y solo 3 mujeres tomaron la fatal decisión de acabar con sus vidas.

En enero se registró un solo caso en Santa Marta, mientras que, en febrero aumentó a dos, uno de los cuales ocurrió en el municipio de Fundación y el otro en la capital del Magdalena. En marzo, hubo otros dos suicidios, igualmente repartidos entre las zonas geográficas anteriormente mencionadas.

Durante el cuarto y el quinto mes, la situación se agravó aún más. En abril, Santa Marta registró tres suicidios, y en mayo, un total de cuatro, de los cuales dos fueron en la misma ciudad, uno en el municipio de Guamal y otro en Santa Ana. A pesar de este aumento, junio marcó una leve disminución, ya que no se reportaron casos en todo el mes.

Sin embargo, los meses de julio y agosto trajeron cifras preocupantes. En el séptimo mes, el número de suicidios fue de 4 casos, 3 de ellos registrados en Santa Marta y 1 en el municipio de El Difícil. En agosto, la cifra descendió levemente a dos suicidios, uno en la capital del Magdalena y otro en Chibolo.

En septiembre, el departamento experimentó un repunte con tres suicidios más, que ocurrieron en Santa Marta, Chibolo y la Zona Bananera. El mes de octubre, también trajo cifras elevadas, reportó cuatro suicidios: uno en Fundación, otro en Ciénaga, un tercero en la ciudad de ‘Bastidas’ y un cuarto en el municipio de Pijiño del Carmen.

Hasta la fecha, en noviembre se ha registrado un único caso de suicidio, ocurrido en Santa Marta. No obstante, la preocupación persiste, ya que las cifras continúan en aumento. Si no se abordan adecuadamente las causas subyacentes, como el acceso limitado a servicios de salud mental y el estigma social asociado a la atención psicológica, la situación podría empeorar.

EL SUICIDIO MASCULINO

En el departamento del Magdalena, de los casos registrados, 23 correspondieron a hombres y 3 a mujeres. De acuerdo con los expertos en el tema, los mandatos y las expectativas de género provocan altas cotas de sufrimiento psíquico entre la población masculina, especialmente cuando no se llega a cumplir lo que socialmente se espera de ella. Esto llevaría a los hombres a desarrollar más comportamientos y actitudes violentas, tanto hacia otras personas como hacia sí mismos. Fuerza y riesgo se aliarían y concluirían, en ciertos casos, en métodos más letales para llevar a cabo la decisión de poner fin a su vida.

CENTROS DE ESCUCHA

Con el fin de erradicar el estigma y promover la vida para brindar  una atención priorizada a personas  que lo requieran, se establecieron los Centros de escucha para erradicar el estigma y promover la vida.

Con respecto a los avances en materia de salud mental por parte de esta dependencia, se capacitaron 150 líderes comunitarios en primeros auxilios psicológicos, a través de un diplomado en colaboración con la Universidad Cooperativa de Colombia, con miras en formar a más personas en esta área crucial.

Adicionalmente, se ha implementado una serie de talleres y charlas educativas en diferentes instituciones y comunidades, con el fin de sensibilizar sobre la importancia de la salud mental y la prevención del suicidio. Estos eventos han contado con la participación activa de profesionales de la salud mental, quienes han compartido estrategias y recursos para identificar signos de alerta y fomentar un ambiente de apoyo.

 SALUD EN TU ESCUELA

Desde la Secretaría de Salud distrital se han visitado aproximadamente los 75 colegios oficiales de Santa Marta, bajo la iniciativa de “Salud en tu Escuela”,  con la cual se busca divulgar, a través de charlas, información preventiva sobre temas de salud mental, los derechos sexuales y reproductivos de niños, niñas y adolescentes entre 5 a 17 años de edad.

En ese orden de ideas, lo anterior se está implementando para evitar suicidios, consumo de sustancias psicoactivas y violencias de género e intrafamiliar, de manera mancomunada con los rectores, consejos directivos, docentes, asociaciones de padres de familia y psicorientadoras. Los equipos territoriales estarán visitando las familias en sus hogares, a fin de contribuir a la protegiendo de la vida y cuidado de la salud.

Bajo una atención médica, odontológica y psicológica, además de equipos portátiles de odontología y su unidad móvil, buscan la prevención de embarazos en adolescentes, mediante la pedagogía sobre los derechos sexuales y reproductivos.

¿CÓMO AYUDAR?

Según la Policía Nacional, en cualquier momento de la vida podríamos encontrarnos en una posición única para ayudar a alguien con pensamientos suicidas. Por ello, la institución ha dado a conocer una serie de pasos a seguir para abordar esta situación de manera adecuada.

• Aborde todas las situaciones que involucran a una persona en riesgo suicida como una emergencia psiquiátrica y actúe como corresponde.
• Nunca suponga que las ideas o gestos suicidas son llamados de atención inofensivos o un intento para manipular a otros.
• Despeje la escena y mantenga su propia seguridad y la de otros que puedan estar presentes.
• Proporcione espacio físico, no se acerque demasiado a la persona prontamente, pues los movimientos repentinos, los intentos de tocar a la persona o la introducción de otros en la escena pueden ser mal entendidos.
• Exprese aceptación e interés. Evite sermonear, argüir, resolver problemas, dar consejo o decirle “olvídese de eso”.
• Demuestre una actitud de interés y comprensión.
• Involucre a la persona, anímela a hablar. La mayor parte de los autoagresores son ambivalentes con respecto a morir. Preguntarle a alguien la intención de suicidio o hablarle de otra forma acerca del suicidio no le causa presión, sino que le proporciona una sensación de alivio y punto de partida para una solución.