Noticias de Santa Marta, el Magdalena, y el mundo!
Por:
Dra.
MARÍA DEL PILAR
TORRALVO VILLERO
Psicóloga
Cuando construimos momentos, lo hacemos desde la razón ya que como humanos nos damos a la tarea de automáticamente conectarnos con la realidad, aunque actuemos en la mayoría de las veces desde nuestra propia percepción y motivación.
De allí que cuando expresamos un concepto sea basados en criterios que hemos construidos a lo largo de nuestro viaje por la vida. Viaje que deberíamos vivirlo con un propósito y con un equipaje liviano como siempre he expresado para hacerlo más interesante.
Por otra parte, si nos damos a la tarea de ir a otro lugar diferente del lugar donde estamos hoy y emprendemos un viaje nos encontraremos en la mayoría de las veces que hay más pasajeros o viajeros en el medio de transporte que utilicemos llámese avión, bus, automóvil, barco etc. y con nuestros ojos podemos observarlos, a veces conversamos con los otros pasajeros o viajamos en silencio, o ese viaje puede tener unas diosidencias, que algunos llaman casualidades y que disfrutan entonces de todo el trayecto que se hace porque resultan ser encuentros agradables, teniendo comportamientos que dependen de la realidad que estemos manejando.
La invitación es a disfrutar del viaje de la vida con alegría y dialogando efectivamente con nosotros mismos, estableciendo conversaciones internas que nos nutran y nos permitan tener calidad de vida.
Por ejemplo, no debemos estimular conversaciones que nos inviten a buscar culpables en nuestra historia de vida, cambiemos estos pensamientos por pensamientos donde nos hagamos responsables de lo que estamos viviendo en el momento presente identificando con nuestra capacidad de razonar objetivamente lo que nos acontece.
Muchos habran escuchado a alguien decir “Que linda forma de tratar tiene esa persona” si es cierto, ahora imagina si esa forma la hacemos permanente con nosotros mismos, otra puede ser nuestra realidad (allí estamos influyendo en ella).
Debemos tener compasión por nosotros, ser amables en lugar de autocriticarnos, porque los resultados de nuestro actuar también van a hacer diferentes, comprendernos, apoyarnos, ser serviciales, humildes, bondadosos, cariñosos, atentos, desearnos lo mejor, trasmitirnos alegría, sentirnos luz, reconocer que no es lo mismo sentirnos culpable que ser culpables,
Tener tolerancia y amor hará que podamos ver que parte de nuestra historia nos pertenece y cual no, que creencias definitivamente ya como adultos no deben ser obstáculos para seguir creciendo interiormente, porque las aprendimos y no son nuestras, eran de nuestros cuidadores, padres, hermanos, primos, tíos, familiares cercanos.
Lo anterior también te permitirá identificar que conceptos ambivalentes tienes, por ejemplo, has podido escuchar en familia que un miembro no servía, que era de lo peor y hoy como adulto compruebas que no era así, que con hechos has podido evidenciar todo lo contrario y tener tu propio concepto.
Me refiero a la familia porque tus primeros años en ella te dieron todo un equipaje para el viaje de la vida, ¡¡¡¡¡revisa!!!! revisa !!!, escúchate ¿Cuándo hablas quien habla? ¿quién conceptúa tu o lo que aprendiste?
Que la razón que tenemos como seres humanos nos permita perdonarnos y continuar en el viaje haciendo paradas solo para recargarnos de energía y continuar descubriendo quienes somos, sin copias, siendo auténticos, sin pensamientos ni imágenes desagradables, involuntarias que si no trabajamos en nosotros mismos se pueden convertir en obsesiones.
Ese viaje que emprendimos desde que nacemos amerita un compromiso con nosotros mismos sin papeles, que vale todo el esfuerzo, y el autorrespeto a que haya lugar.