HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Camorra y Ndrangheta, mafias italianas que compiten por la cocaína colombiana

La bonanza de cocaína que brota de las selvas colombianas tiene a dos organizaciones mafiosas de origen italiano en abierta competencia por asegurar la mayor cantidad de la mercancía, y al mismo tiempo por controlar los puertos de destino en Europa.

Se trata de la Camorra, una centenaria cofradía que extiende redes globales desde Nápoles y la ‘Ndrangheta, el clan de clanes de la región de Calabria.

Aunque sus negocios ilegales con Colombia datan desde los días en los que los carteles de Medellín y Cali repartían el polvo blanco a manos llenas, su actividad se ha hecho más visible desde la desmovilización de las antiguas Farc (2016), cuando esa guerrilla dejó de monopolizar la cosecha de hoja de coca.

En el último año, han sido capturados siete delegados de esos grupos, una frecuencia inusual que, según fuentes de Inteligencia consultadas por EL COLOMBIANO, refleja un esfuerzo de la mafia italiana por aumentar su participación en el tráfico transnacional de droga producida en nuestro país. ¿Esto qué consecuencias tiene para la seguridad de los colombianos?

Los napolitanos en escena

La Camorra tuvo su origen en el siglo XVII, cuando la monarquía que reinaba en la región italiana de Nápoles descuidó los sectores más marginales, dejándolos en manos de la delincuencia. Se formaron así estructuras organizadas que implantaron un régimen de control ilegal que ha perdurado hasta nuestros días, adaptándose al devenir de las épocas.

Hoy funciona como una confederación de decenas de familias criminales, que conforman una especie de junta directiva para repartirse los territorios y negocios.

A Colombia llegaron en los años 80, de la mano de la Cosa Nostra, otra organización centenaria parida en Sicilia, que entabló relaciones con el cartel de Pablo Escobar.

A medida que su estructura se fue debilitando por la persecución del FBI, Interpol y la Policía de Italia, los tentáculos de la Cosa Nostra languidecieron en Colombia. El escenario fue aprovechado por la Camorra, que heredó algunos de sus contactos, especialmente en Medellín.

Por eso no es raro que las últimas dos capturas de sus delegados hayan sido en la capital antioqueña.

El pasado 21 de octubre el general William Salamanca, director de la Policía, anunció la detención del italiano Gustavo Nocella, de 58 años y apodado “Ermes”, quien era prófugo de las autoridades napolitanas. Según su expediente, coordinaba una completa logística que incluía el embarque de la cocaína en buques y veleros que salían del Caribe en la ruta hacia el puerto de Rotterdam, en Países Bajos; y de allí eran distribuidos a las plazas de destino por medio de camiones.

Según Salamanca, “Ermes” trabajaba para tres clanes de la Camorra: las familias De Micco, Rinaldi Formicola y Amato Pagano.

Se había establecido en la comuna de El Poblado, en el suroriente de Medellín, y cada tres meses cambiaba de apartamento para dificultar su persecución; sin embargo, tenía una debilidad: el billar.

En cada residencia que alquilaba, hacía llegar una mesa de este deporte para entretenerse en la soledad. Los policías de la Dijín instalaron un GPS en una de ellas y así encontraron su escondite.

A los cuatro días fue detenido el segundo camorrista, Luigi Belvedere (“el Colombiano”), de 32 años, quien se movía con el mismo modus operandi: alquilando múltiples apartamentos en El Poblado. También tenía un restaurante de pizzas gourmet en Cartagena, que le servía como fachada para viajar a la zona portuaria a coordinar la operación.

Cumplía la misma tarea que el billarista, aunque no solo vigilaba las rutas a Países Bajos, sino también a España, Alemania e Italia.

Las agencias internacionales lo encontraron por un craso error: se tomó una foto en la tumba de Pablo Escobar y la publicó en redes sociales.

La logística de la mafia calabresa

Si bien las operaciones de la Camorra parecen estar creciendo en Colombia, La ‘Ndrangheta tiene una incidencia “diez veces mayor en el negocio”, según las fuentes consultadas. De hecho, Interpol calcula que es responsable de, por lo menos, el 60% de la cocaína que entra a Europa.

Su estructura se forjó en el siglo XIX, también a partir de la interrelación de familias criminales, y en la actualidad es gerenciada por una junta directiva llamada “la Provincia”, que agrupa a los capos.

En Colombia construyeron sus redes a finales de los 90, con apoyo del cartel del Norte del Valle y los paramilitares, pero su verdadera incursión entre los pesos pesados de la cocaína se dio durante y después de la negociación de paz entre el Gobierno y las Farc. La desmovilización de esa guerrilla, que monopolizaba el 70% de los cultivos de coca, democratizó el acceso a la mercancía y la ‘Ndrangheta aumentó el envío de sus delegados.

Entre 2013 y 2016 fueron detectados por la Policía Domenico Trimboli (“Pasqale”), Roberto Pannunzi (“Bebé”) y Enricco Muzzolini, quienes coordinaban los despachos desde Medellín y Bogotá.

En 2021 quedó expuesta una red de colombianos que trabajaba para esa organización, con la captura en Medellín de Jaime Cano Sucerquia (“Jota”), señalado de participar en el envío de 63 kilos de cocaína a Livorno (Italia).

En noviembre de 2023 fue capturado en Barranquilla Massimo Gigliotti, de 55 años, quien al parecer supervisaba la ruta de tráfico desde allá hasta Milán; el 3 de febrero de 2024 cayó en Cali el traficante Pouya Mohmini, de nacionalidad alemana e iraní, que articulaba una ruta hacia Alemania; y el pasado 29 de octubre fueron arrestados en Villavicencio y Cartagena los colombianos César Hernández Caballero (“el Calvo”), José Méndez Caycedo y Haroll Miranda Castaño, presuntos operadores logísticos de otra ruta en la que enviaban contenedores contaminados con el estupefaciente al puerto de Gioia Tauro, en la provincia de Calabria.

Nexos con disidencias de Farc

Los principales socios de la mafia italiana en Colombia son “la Oficina” y el Clan del Golfo, dados los contactos e influencia que tienen en las zonas portuarias de Cartagena, Barranquilla y Urabá, los sitios preferidos por los europeos para embarcar la droga.

De hecho, el general Salamanca reveló un plan en el que estos dos grupos recibirían $3.000 millones para rescatar al camorrero Luigi Belvedere en Medellín. Al parecer el extranjero fingiría estar enfermo para que lo sacaran de la celda, y camino al centro médico sería liberado a sangre y fuego por los sicarios paisas.

A diferencia de la Camorra, la ‘Ndrangheta está explorando nuevos proveedores y zonas de despacho. Las recientes capturas del germanoiraní Pouya Mohmini y de los colombianos Hernández, Méndez y Miranda, evidenciaron que estaban estableciendo contactos en Valle y Nariño con la disidencia de las Farc denominada Estado Mayor Central. Dicha alianza facilitaría el tráfico desde los puertos del Pacífico, como Buenaventura (Valle), Tumaco (Nariño) y Guayaquil (Ecuador).

Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos del Colegio de Guerra del Ejército de EE.UU., le contó a EL COLOMBIANO que “la ‘Ndrangheta tiene una influencia establecida en Venezuela, República Dominicana, Bonaire y otras islas del Caribe”, lo que le significa un tránsito de la droga relativamente seguro por vía marítima.

También sacan alcaloides bolivianos y peruanos desde Argentina, Brasil y Paraguay. Además, tienen presencia fuerte en los puertos de Rotterdam (Países Bajos), Amberes (Bélgica), Gioia Tauro (Italia), Valencia (España) y Hamburgo (Alemania), donde reciben la mercancía para venderla en el resto de Europa.

A diferencia de lo que ocurre con los carteles mexicanos, la competencia entre la Camorra y la ‘Ndrangheta no es sanguinaria, hasta el momento; incluso se han presentado episodios de cooperación, sobre todo para la distribución en Europa, según la Policía.

Es que el mercado colombiano es tan grande, con sus 253.000 hectáreas de coca sembradas y una producción anual de 2.664 toneladas de cocaína, según la ONU, que no hay necesidad de pelear. Para los mafiosos italianos, el negocio es hoy más lucrativo que en los días en los que le compraban a Pablo Escobar.

El panorama no es alentador para la seguridad de Colombia, pues el dinero que invierten fortalece a los grupos armados locales y eso solo significa más armas, más atentados y más muertos en la tierra de la coca.

ANEXO: LAS 19 MAFIAS EXTRANJERAS CON NEGOCIOS DE DROGA EN COLOMBIA

El incremento sostenido de los cultivos de coca en la última década, que pasaron de 48.000 hectáreas en 2013 a 253.000 hta. en 2023, y de la producción potencial de cocaína, que creció de 331 toneladas anuales en 2013 a 2.664 ton. el año pasado, están atrayendo mafias internacionales a Colombia como abejas a un pote de miel.

De acuerdo con documentos de Interpol, DEA y Europol, y las investigaciones periodísticas de EL COLOMBIANO, en nuestro país se han detectado actualmente actividades de 19 grupos mafiosos extranjeros, provenientes de 16 países. A continuación, el listado:

México: carteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y del Golfo, que exportan cocaína a EE.UU. y Europa, siendo los principales clientes de los productores colombianos.

Italia: ‘Ndrangheta, Camorra y Cosa Nostra, con exportaciones de droga a Europa.

Venezuela: Tren de Aragua y carteles de Los Soles y La Guajira, exportando cocaína por la ruta del Caribe.

República de Irlanda: Clan Kinahan, con socios en el Valle de Aburrá para exportar a Reino Unido.

Brasil: Primeiro Comando da Capital, Comando Vermelho y Familia do Norte, explotando rutas de cocaína y cripa en el Amazonas, en asocio con disidencias de las Farc.

Líbano: Hezbolá, coordinando una red de lavado de activos para grupos colombianos y mexicanos dedicados al narcotráfico.

España: Clan Devesa, exportando cocaína por la ruta que pasa por África y llega al Mediterráneo, en asocio con narcos de Ecuador.

Los Balcanes: se han identificado operaciones de tres organizaciones, que exportan la cocaína hacia el Viejo Continente: el Grupo Saric, de Serbia, Albania y Macedonia; el Grupo Amerika, de Bosnia y Serbia; y el Grupo Keka, de Bulgaria, Rumania y Croacia. En el vecino país de Ecuador explotan el puerto de Guayaquil.

Países Bajos y Marruecos (Mocromafia): el Grupo Taghi, coordinando el tráfico de drogas a Europa, Medio Oriente y Asia Lejana.

A estas organizaciones se suman narcotraficantes independientes, intermediarios, transportistas y comisionistas de Ecuador, Perú, Panamá, Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Alemania, Francia, Reino Unido, Israel, China y Australia, según los reportes de capturas de Interpol.

/Colprensa

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