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En medio de las controversias por los comentarios salidos de tono hechos con micrófono abierto por el presidente de la Cámara, Jaime Salamanca; los discursos apocalípticos del presidente, Gustavo Petro; los anuncios, planes de acción y promesas presentados por los diferentes países, organizaciones y empresas es fácil perder de vista la razón de ser de la COP16, que ya completa una semana en Cali.
Pero cuando se recorre la zona verde, organizada para el evento a lo largo del bulevar del río Cali, y se puede ver a miles de personas, colombianas y extranjeras, detenerse a escuchar toda la información que tienen para compartir todas las entidades que cuentan con programas para la protección de la biodiversidad, es evidente que es mucho lo que está quedando de esta Conferencia de las Partes para la ciudad y para el país.
“La apuesta de la #COPDeLaGente es un éxito rotundo. Maravilloso ver el centro de #Cali lleno de gente de todos los horizontes, informándose y celebrando en una gran fiesta popular la biodiversidad del Pacífico, del país y del mundo. ¡Felicitaciones Colombia, felicitaciones Cali!”, resumió en su cuenta de Twitter Gilles Bertrand, embajador de la Unión Europea en Colombia.
Durante esta primera semana de conversaciones, los 192 países participantes han avanzado en la búsqueda de un acuerdo sobre los compromisos y los planes de acción para conservar la diversidad biológica.
Aunque aún hay puntos de discrepancia, Susana Muhamad, ministra de Ambiente y presidente de la COP16, aseguró que las conversaciones van por buen camino.
“Quiero decir que las negociaciones avanzan a buen ritmo. Lo que en la sesión plenaria del lunes parecía una agenda muy cargada, ha avanzado mucho durante esta semana”, manifestó.
El tema de la financiación de la defensa de la biodiversidad era uno de los que más generaba división, pero el viernes en la tarde ya se había definido una metodología para tratar de acercar a las partes.
Desde el inicio de la cumbre, Colombia puso sobre la mesa su Plan de Acción hacia el 2030 para la defensa de la Biodiversidad, con el cual se convirtió en el país 34 de 196 que han cumplido con este compromiso.
Este plan establece metas que incluyen la protección de especies, la restauración de ecosistemas y el aumento de las áreas protegidas en el país, en especial oceánicas, que crecerían del 4% al 34% de aquí al 2030.
Entre los lunares de la cumbre, además del comentario destemplado del presidente de la Cámara, Jaime Salamanca, quien en un micrófono abierto dijo que su plan era ir “a descansar” a Cali, está la baja presencia de mandatarios del mundo.
El propio presidente Petro lo reconoció en unas declaraciones: “Se han reunido los pueblos, los gobernantes no. Ni siquiera Lula me acompañó, pero bueno, vamos a ver», dijo el mandatario, que en su discurso inaugural también contribuyó a romper en cierta forma el encanto sobre la cumbre al vincular el neoliberalismo, los combustibles fósiles y hasta la inteligencia artificial, para pintar un escenario apocalíptico.
“Cuando la inteligencia artificial se articula al petróleo, al carbón y al gas, se articula al colapso climático con la inteligencia artificial y se construye el Armagedón”, manifestó el mandatario.
*Poner a hablar al mundo de la biodiversidad*
Pero, más allá de todos estos hechos que acapararon titulares, la COP16, tanto en su zona azul, como en su zona verde, se convirtió en un gran espacio de discusión sobre la biodiversidad, sobre la protección de las especies amenazadas y en general sobre la necesidad de hacer algo para proteger el planeta.
“Estar aquí nos permite entender que hay muchas instituciones que están buscando que la sexta extinción, la pérdida masiva de especies, se frene. Es una oportunidad de conocernos, de hablar, de poder tener interacciones, de buscar financiamiento para nuestras iniciativas. Es una oportunidad única”, manifestó Ana María Benavides, líder de conservación del Jardín Botánico de Medellín, quien participó en un panel convocado por el Ministerio de Ambiente de Brasil para conocer experiencias de este tipo orientadas a la protección de especies.
Gobierno, organizaciones sin ánimo de lucro y fundaciones de empresas privadas han presentado simultáneamente multitud de experiencias positivas que, en últimas, contribuyen a fomentar la preocupación por el futuro del planeta.
“Aquí la gente ha venido a conectar, a compartir, a aprender lo que están haciendo los países del mundo, en materia de biodiversidad, pero también a conocer que los retos siguen ahí, que si no tenemos un nivel de ambición suficiente no podremos enfrentar la magnitud de la crisis”, aseguró Roberto Troya, vicepresidente senior para América Latina y el Caribe del Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF.
Para Cali y para Colombia estar en el eje de esta discusión también es muy importante, pues les puede permitir tener un liderazgo sobre una materia que hoy en día es fundamental para el mundo.
“Este evento deja para Colombia un posicionamiento global. El país está en la mira de todo el mundo, en términos de reconocimiento y liderazgo. Esa va a ser parte del legado de esta COP16”, afirmó Fernando Páez, director en Colombia del Instituto de Recursos Mundiales, WRI.
CALI (Colprensa)