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El llamado de José Félix Lafaurie al ELN si las negociaciones de paz continúan: «Es un asunto serio»
José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), e integrante del grupo negociador del Gobierno con el ELN, afirmó que, si este grupo armado desea retomar la mesa de conversaciones, debe garantizar la suspensión definitiva del secuestro extorsivo y del reclutamiento de menores.
Ante los recientes actos terroristas del ELN contra la Fuerza Pública, activos estratégicos del Estado y la población civil, Lafaurie sostuvo que el país necesita evidenciar hechos y compromisos claros.
“Solo hace unas horas, el Ejército Nacional denunció públicamente el vil ataque terrorista que sufrió una unidad militar durante una operación de estabilidad en la vereda Llana Baja, Teorama, Norte de Santander, destinada a proteger a la población y los activos estratégicos del Estado”, señaló Lafaurie.
Asimismo, el presidente Fedegán se preguntó cuántas veces el Gobierno, la delegación y el país han solicitado al ELN manifestaciones de voluntad de paz.
Destacó que una “manifestación inequívoca” de este grupo no puede limitarse a un comunicado más o a la reactivación de la mesa como si nada hubiera sucedido.
“Una manifestación inequívoca se expresa a través de hechos y compromisos, como la suspensión definitiva del secuestro extorsivo, retenciones económicas y del reclutamiento de menores, sin perjuicio de la acción de las autoridades contra otros delitos”, señaló Lafaurie.
En medio de la crisis del proceso, volvió a cuestionar: ¿qué estaba pensando el ELN? ¿Acaso, en algún momento de los diálogos, mostró alguna voluntad de paz?
“Personalmente, creí que solo a través de transformaciones territoriales, de las que tanto se habló en la mesa, podríamos avanzar con ejemplos que mejoraran la vida de regiones afectadas por el abandono y las rentas ilegales; algo que, sencillamente, es imposible en medio de las balas”, sostuvo el dirigente gremial.
Respecto a su papel en la delegación, Lafaurie destacó que su función es ser una voz que interprete a un país que no es enemigo de la paz, pero que considera que las instituciones deben proteger al ciudadano y enfrentar cualquier manifestación criminal que afecte sus derechos y libertades. “Una voz incómoda, es posible, pero a juicio de muchos, necesaria”.
Finalmente, concluyó que, si las negociaciones continúan, “el ELN tendrá que entender que la paz no es un juego; es algo serio”.