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No aguantó los golpes y murió
La víctima fue ingresada el 26 de enero a la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica Bahía, a causa de los golpes graves que sufrió en su cabeza y cuerpo principalmente.
Después de permanecer por más de 20 días recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica Bahía, en Santa Marta, médicos especialistas de esta área confirmaron la muerte de Mario Ángel Vivas Caicedo, de 36 años de edad, motociclista que sufrió un aparatoso accidente de tránsito en la tarde del 26 de enero del año en curso.
El deceso del hombre se produjo en la noche del martes e indicaron que fue a causa de un paro cardiorrespiratorio que sufrió producto de las heridas de gravedad que registró en diferentes partes de su cuerpo, principalmente en la cabeza que lo mantenían debatiéndose entre la vida y la muerte.
El siniestro vial que finalmente le cobró la vida a Vivas Caicedo, se registró en horas de la tarde del 26 de enero cuando se dirigía a su vivienda a bordo de su motocicleta y el conductor de un vehículo similar que viajaba a alta velocidad, lo colisionó violentamente, dejándolo en grave estado sobre la vía con heridas y golpes.
Tras el fuerte impacto, la víctima cayó abruptamente contra el pavimento y quedó inconsciente, por lo que tuvo que ser auxiliado por paramédicos de la red de ambulancia de la costa, cuyos profesionales se encargaron de trasladarlo hasta la sala de urgencias del centro asistencial mencionado inicialmente.
El motociclista fue ingresado a la sala de cirugía, en donde fue sometido a diferentes procedimiento quirúrgicos que le permitieron continuar la batalla contra la muerte, sin embargo en la noche del martes perdió la vida y oficializaron su deceso.
Miembros de la unidad móvil de criminalística de la Policía Judicial se encargaron de adelantar la inspección técnica del cadáver y posteriormente el traslado del cuerpo hasta la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal, en donde será entregado durante este día a sus familiares.
Trascendió que la víctima de nacionalidad venezolana se ganaba la vida como mototaxista, residía en el corregimiento de Taganga, al norte de esta capital, y vivía en unión libre.