HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

La cuarta fue la vencida para el técnico Carlos Silva  

Por  

ALFONSO  

LARA  

TAMARA  

Samario y del barrio Los Almendros; con trasegar en todo el fútbol amateur de Santa Marta; Carlos Silva Socarrás logró lo que siempre soñó, el anhelado ascenso a Primera División del fútbol colombiano con el Unión Magdalena.

El éxito llegó en el gramado del estadio Bello Horizonte de Villavicencio, donde sus dirigidos, contra todo pronóstico; vencieron a Llaneros y con la derrota de Fortaleza CEIS con Bogotá en el otro partido que definía el Grupo B, para regresar a la A.

Silva tomó las riendas del Unión Magdalena por primera vez en 2008, con buen suceso. Su plantilla, muy juvenil; marcó historia. Terminó segundo en la etapa general, ganó su serie semifinal y luego cayó en la definición de semestre con Rionegro.

Jugadores salieron y llegaron. Silva se mantuvo hasta el segundo semestre de 2010 cuando fue relevado por Arturo Boyacá.

Su segundo ciclo fue a finales de 2011, con otro equipo bastante juvenil y que ni siquiera clasificó a las semifinales de esa temporada.

Figuró en 2012, con quizás la mejor nómina en su haber. Avanzó en su cuadrangular y llegó a la final del primer semestre, la perdió por penales en Cali contra América.

Regresó al banquillo para 2015, para tener su tercer ciclo, que le tocó en Ciénaga luego de la salida de Eduardo Retat. Al equipo no le fue bien y se desinfló en sus cuadrangulares. Dirigió la campaña 2016 y salió hasta la llegada de Luis Eduardo Méndez a la dirigencia bananera.

Luego de una experiencia en Perú, varios años en las divisiones inferiores y manejo administrativo; Silva tomó el mando técnico en Primera A, tras el fracaso de Pedro Sarmiento en 2019, en lo que fue su cuarto periodo como timonel bananero. Lamentablemente, Unión descendió a finales de 2019 con Silva dirigiendo lo últimos 9 partidos.

Fue titular en el apeado y extraño 2020, hizo buena campaña, disputó las semifinales y sucumbió. En medio de críticas, amores, desamores; tuvo la cabeza su la guillotina hasta el último minuto de partido en Villavicencio.

Hoy puede dormir tranquilo, cumplió su sueño de técnico, ascender con el equipo de sus amores a la A, después de varios malos momentos.

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