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Ex árbitro confesó amenazas de muerte por el cartel de Medellín   

En una entrevista con ‘Radio La Red’, el otrora árbitro Carlos Espósito contó de forma detallada los «momentos de terror y susto» que tuvo que pasar junto a sus asistentes Abel Gnecco y Juan Bava horas previas al partido entre Atlético Nacional y Danubio. 

Ganar la Copa Libertadores para los equipos colombianos ha sido algo esquivo desde la década de los 70 hasta los 90. Antes del título de Atlético Nacional en 1989, los nuestros habían disputado cuatro finales y no habían podido ganarla.

Ese título del elenco de Francisco Maturana tuvo muchas historias detrás que siempre han tratado de ensuciar esa vuelta olímpica en El Campín que tuvo como protagonistas a una de las generaciones más importantes de nuestro fútbol.

El colegiado elegido para impartir justicia en la semifinal de esa edición entre Nacional y el Danubio de Uruguay. La ida en Montevideo terminó 0-0 y en Medellín 6-0. Así cuenta el árbitro argentino vía crucis por la Ciudad de la Eterna Primavera el 17 de mayo de 1989.

«Todo arrancó desde que llegamos al aeropuerto de Medellín. Los árbitros colombianos que nos fueron a recibir ya nos habían entregado, estuvimos obligados. Íbamos por el camino Montañita en el que nos decían ‘acá mataron un árbitro, acá tiraron a un juez de línea.’ Cuando estábamos en el hotel entró a la habitación el famoso Popeye, bien vestido, traje, corbata. Traía un maletín. Lo abrió y dijo, acá hay 250 mil dólares. Llévenselo, tranquilos, van a salir de Colombia sin problemas”, expresó el juez.

Sin embargo, lo más grave estaba por venir, así fue el arribo al Atansio Girardot: «Llegamos al vestuario y el árbitro colombiano que nos había visitado en el hotel se apareció con una virgen. Gnecco le pegó una patada a la virgen que voló no sé adónde. Ahí llegó el jefe de policía de Medellín y le expliqué que apenas terminaba el partido nos teníamos que ir al aeropuerto. Me explicó que si ganaba Nacional iba a ser difícil por la fiesta.

«El partido terminó 6-0. En alguno de los goles, lo miré a Bava y nos hicimos la cruz. «En realidad, no íbamos a contar nunca esta historia. Pero alguien abrió la boca. Después, como se desató, fuimos a ver a Julio, y Julio llamó al presidente de Colombia».

La historia terminó, como todos saben, con el título de Atlético Nacional ante Olimpia en Bogotá a finales de mayo. Una larga tanda de penales y un duelo para alquilar balcón entre René Higuita y Ever Hugo Almeida.

/ AFP 

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