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La semana pasada, con una ceremonia especial en la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander, se realizaron ascensos de oficiales, que incluyeron a Profesionales Oficiales de la Reserva conocidos por sus siglas como POR.
Este hecho llamó la atención de la ciudadanía, despertando curiosidad sobre la naturaleza y función de estos profesionales incorporados a la Policía Nacional.
Es oportuno explicar que este componente institucional no es exclusivo de nuestra Policía; por el contrario, está presente en diversas instituciones de la Fuerza Pública, como Ejército, Armada y Fuerza Aérea, representando un esfuerzo histórico por integrar a la sociedad y sus profesionales con las instituciones de seguridad, convirtiéndose en un componente vital de combinación social.
Los oficiales profesionales de la reserva son ciudadanos que, de manera voluntaria, expresan su deseo de colaborar con las instituciones; su inclusión responde a la necesidad de vincular personas con destacadas trayectorias profesionales y un profundo compromiso con los valores de la Fuerza Pública, estos aspirantes, tras cumplir estrictos requisitos, son admitidos en cursos especialmente diseñados para capacitarlos en las funciones y responsabilidades de su misión.
Durante su formación se enfatizan aspectos fundamentales como la doctrina institucional, la ética y el compromiso social que asumen. Una vez superada esta etapa, estos oficiales están autorizados para portar el uniforme y prestar servicio en áreas que correspondan a su experiencia y conocimientos.
Es importante destacar que, en cuanto a la policía, este cuerpo opera bajo una resolución reglamentaria del Ministro de Defensa que detalla su misión, funciones, proceso de ascenso, así como las condecoraciones y causales de retiro. Este marco normativo garantiza que la integración sea ordenada y efectiva, permitiendo que los oficiales de la reserva contribuyan significativamente a la labor policial desde sus respectivas disciplinas.
Una Historia de Compromiso Cívico. Si miramos hacia el pasado, encontraremos antecedentes notables de esta integración entre sociedad y Policía. Por los años de 1953, María Eugenia Rojas, hija del presidente Gustavo Rojas Pinilla, lideró la creación de un cuerpo cívico en la Policía, conocido como «las tenientes honorarias», dedicado a la protección de la niñez desvalida y orientación de la juventud. Aunque este programa desapareció con los cambios de gobierno, dejó un precedente sobre la importancia de vincular a la ciudadanía con las instituciones de seguridad en causas comunes.
Un Puente Hacia el Futuro. El cuerpo de oficiales profesionales de la reserva es un claro ejemplo de cómo la Policía Nacional fortalece sus lazos con la sociedad, incorporando talentos y experiencias diversas para enriquecer su misión. Este modelo no solo promueve la armonía institucional, sino que también subraya la relevancia de un trabajo colaborativo entre la fuerza pública y las fuerzas vivas del país.
*Exdirector de la Policía Nacional