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´Suprimir las 62 contralorías territoriales y crear una Contraloría única y fuerte, serviría para fortalecer el control fiscal y realizar una tarea de fiscalización oportuna´, sostiene el Contralor Edgardo Maya Villazón.
Según el Contralor, el proceso de fortalecimiento institucional del órgano de control fiscal que ha impulsado su administración, llevará a la Contraloría de Colombia a estar al nivel de las más importantes entidades de fiscalización del mundo.
El Contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, aseguró ayer que deja una Contraloría moderna y fortalecida, que requiere sin embargo unos ajustes para cumplir plenamente sus funciones, para lo cual reclamó que se le restablezca la Función de Advertencia e insistió en la supresión de las contralorías territoriales y la creación de una Contraloría única y fuerte y dedicada solamente a realizar auditorías, desprendiéndose de la tarea de establecer responsabilidad fiscal,
“Para avanzar en la efectividad del control fiscal en Colombia, es preciso unificar el ejercicio del Control Fiscal en cabeza de una sola institución, suprimiendo las 62 contralorías departamentales y municipales hoy existentes, donde cada de ellas actúa en forma autónoma e independiente y con criterio propio en la aplicación de las normas que rigen el control fiscal”, subrayó.
“Esa reforma encuentra su mayor virtud en el fortalecimiento del Control, con la creación de una contraloría única con una estructura nacional, regional y provincial. Además esta transformación servirá para un control oportuno sobre el erario que es uno solo. También significaría una sustancial rebaja de sus costos de funcionamiento puesto que las Contralorías Territoriales ejecutan un presupuesto conjunto que asciende al 95% del presupuesto de la Contraloría General y sólo auditan un 10% del gasto público que ellas realizan”, añadió.
El jefe del organismo de control intervino en el Seminario “95 años de la Misión Kemmerer en Colombia”, en el Centro de Eventos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, donde manifestó nuevamente la urgencia de que se reglamente por parte del Congreso la norma del Acto Legislativo sobre Equilibrio de Poderes que sustrajo de las altas cortes la facultad de nominar al Contralor General de la República y determino la realización de una Convocatoria Pública previa a la elección de este funcionario.
“Sería inconcebible que al término de mi mandato el próximo 4 de septiembre, se creara un vacío de poder”, señaló Maya Villazón.
LA FUNCIÓN DE ADVERTENCIA
Al repasar varios sucesos históricos del control fiscal en el país, Maya Villazón mencionó la eliminación del control previo por la Constitución de 1991 y como luego en la reglamentación legal se determinó que para evitar la inoportunidad de sus actuaciones la Contraloría podría ejercer la Función de Advertencia. Norma de la Ley 267 de 2000 que fue declarada inconstitucional en providencia de 2015 (sentencia C-103 de la Corte Constitucional).
“Con el debido respeto por dicha decisión, es preciso señalar que la función prevista en la referida disposición de ley, ejercida con moderación y prudencia, no equivale al control previo como muestran algunos casos emblemáticos del pasado”, afirmó Maya Villazón.
Habló entonces de la necesidad de restablecer esta Facultad de Advertencia e insistió en su propuesta de darle carácter judicial al juicio de responsabilidad fiscal y a la decisión que en el se tome, en cabeza de la jurisdicción contenciosa o de una entidad especializada creada para este fin. Así –explicó- la función de la Contraloría sería exclusivamente de carácter auditora.
Respecto a las auditorías, dijo que no pueden volver a ser únicamente de naturaleza jurídico financiera, sino que, acorde con las prácticas de las entidades internacionales, la Contraloría ha comenzado a ejercer la vigilancia del recurso público mediante la aplicación de tres modalidades de auditoría que se complementan entre sí como son:
La auditoría financiera; la de cumplimiento de la normatividad; y la que se conoce como auditoría de desempeño (que mira la gestión de la entidad).
El Contralor hizo mención del proceso de fortalecimiento institucional que durante estos 4 años ha venido trabajando su administración y dijo que se ha logrado avanzar en el mismo “de la mano de funcionarios comprometidos que es la gran mayoría de quienes integran la CGR”.
Dijo que este programa en marcha va a posicionar a la Contraloría General de la República a la altura de las más importantes entidades de fiscalización en el mundo, como ya se está viendo reflejado no solo en la adopción de estándares internacionales del control fiscal y con el análisis riguroso de las políticas públicas y su eficiencia, sino también con procesos y procedimientos de la organización institucional y de sus fuentes de información, apoyados en mayores desarrollos tecnológicos y mejores capacidades técnicas del equipo humano.
“La mejor muestra de nuestros avances en ese sentido, es el que hemos denominado nuestro ¨Observatorio fiscal y del gasto público¨, cuya primera fase estará a disposición de la ciudadanía el próximo mes, y que constituye el mejor ejemplo de cómo la información, la tecnología y la analítica de datos pueden estar al servicio de todos”, anunció Maya Villazón.
Es más, esperamos ver en un futuro cercano a la Contraloría General de la República realizar sus auditorías en línea, lo cual hará aún más eficiente, efectivo y eficaz el control fiscal, puntualizó.
DEBE BUSCAR EL BIENESTAR
Para Maya Villazón, no sin razón, el Control Fiscal fue objeto de repudio ciudadano, en especial, durante las tres últimas décadas del pasado siglo.
Pero, contrario a ello, anotó, en los últimos 20 años el ejercicio del Control Fiscal ha ganado en transparencia, credibilidad y respetabilidad y esa es la trayectoria que debe seguirse consolidando hacia el futuro.
Dijo que a pesar de esa diferencia, la ciudadanía en general y la academia en particular, reclaman con justicia mayor eficiencia del funcionamiento de la Contraloría frente a la aberrante magnitud y frecuencia que hoy tiene la corrupción.
“La manifestación pública más notable de la corrupción en Colombia, en los últimos meses, es la proliferación de los grupos corruptos organizados para sustraer recursos del erario, que se han cartelizado (Cartel de la hemofilia, cartel de las pensiones, cartel de la alimentación escolar, etc, etc, y quien sabe cuál será la denominación del nuevo cartel en los próximos días)”, sostuvo.
Consideró que además de la generación de un consenso sensato sobre la nominación y elección del Contralor y sobre la oportunidad del control, es fundamental un acuerdo sobre la finalidad del Control Fiscal.
En opinión del Contralor, el control fiscal debe ser concebido como instrumento eficaz para mejorar la gerencia pública, y el diseño y ejecución de las políticas estatales y sólo complementariamente como medio sancionatorio de las conductas indebidas de quienes tienen la responsabilidad de su dirección y de la ejecución del gasto.
“Es decir, el fin último del control no debe ser la sanción sino elevar el bienestar de la población. Para la Contraloría, y con este nuevo impulso dado en los últimos cuatro años, no se trata solo de vigilar y controlar para ver en dónde están los delincuentes, sino de intervenir para ayudar a mejorar la calidad de las políticas y del gasto público”, resaltó.
“Se propone pasar de la acción represiva sobre la función pública, hacia una función proactiva para el desarrollo de los colombianos. Esa debe ser la misión sustancial. Y si dentro de esa misión, se identifica a quienes han quebrantado las normas, pues se procede a las sanciones que competan y al respectivo traslado a las instancias judiciales que así lo requieran”, agregó.
UNA ENTIDAD MODERNA Y FORTALECIDA
“En estos cuatro años de gestión, destacó Maya Villazón, hemos alertado al país sobre la precariedad de algunas políticas públicas, informado sobre el uso indebido o cuestionable de los recursos públicos e impuesto condenas fiscales las cuales han permitido el recaudo de más de 300.000 mil millones de pesos en resarcimiento al daño causado a nuestro erario, cuadruplicando el monto de su recaudo en el período anterior.
Yo diría que más importante que ello, después de un inicio de labores traumático por la diversidad de las sedes en que nos tocó ejercer inicialmente las funciones, es motivo de sano orgullo haber logrado dotar a la Contraloría de una sede que refleja la dignidad y respetabilidad de las funciones que debe cumplir, gracias al apoyo del gobierno nacional.
Ello así mismo es el reflejo de una entidad moderna que, junto con el proceso de fortalecimiento institucional como el que iniciamos hace cuatro años, me permite afirmar sin riesgo a equivocarme, que dejo una entidad fortalecida que contribuirá al desarrollo económico de nuestro país, con total transparencia e idoneidad”, concluyó el Contralor