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Estas hermosas mujeres planean robarse una joya súper millonaria, es el tema central de la cinta, ¿lo podrán lograr?
La fiesta empieza temprano en “Ocean’s 8: Las estafadoras”, una película de aventuras y robos encabezada por mujeres. De hecho, está repleta de artistas talentosas y hermosas.
Las mujeres de «Ocean’s 8» demostraron que saben robarse el show, y más que eso, cuando el film de ladronas se embolsó 41,6 millones de dólares en las salas de cine de Norteamérica.
Protagonizada por Sandra Bullock, a la que acompañan Cate Blanchett, Anne Hathaway, Helena Bonham Carter, Mindy Kaling, y hasta la cantante Rihanna, la cinta de Warner Bros. es el último experimento de Hollywood, después de «Cazafantasmas» en reemplazar un elenco 100% masculino con estrellas femeninas.
El resultado es uno de los mejores 10 estrenos de esta temporada del año, según Exhibitor Relations y un mejor debut que las tres ediciones de «Ocean’s» hechas por Stephen Soderbergh y con hombres en los papeles principales.
En la versión femenina dirigida por Gary Ross, Bullock hace de Debbie Ocean, hermana de Danny Ocean -interpretado por George Clooney en los films de Soderbergh- y quien ensambla un grupo de talentosas mujeres para planificar el robo imposible de un diamante de una gala en Nueva York.
La película destronó a «Solo», el segundo de tres spinoff de Star Wars, protagonizada por Alden Ehrenreich y que sumó solo 15,7 millones de dólares en su tercer fin de semana en las salas, casi la mitad de lo recaudado entre sábado y domingo pasados.
MUJERES TALENTOSAS
La fiesta empieza temprano en “Ocean’s 8: Las estafadoras”, una película de aventuras y robos encabezada por mujeres. De hecho, está repleta de artistas talentosas y hermosas haciendo de malhechoras; es la edición más reciente de una saga que alguna vez se trató de un ladrón extremadamente carismático, Danny Ocean (George Clooney) y su banda de cómplices carismáticos, casi todos hombres.
Danny ya no figura y Sandra Bullock, quien interpreta a su hermana Debbie Ocean, es quien organiza con una amplia sonrisa su propia estafa, acompañada de una banda prototípica: la compinche, la hacker, la carterista y la distracción, interpretada por Anne Hathaway con chispa y un aprovechamiento exquisito de su tiempo.
Como cualquier secuela, es terreno conocido aunque distinto. Empieza prácticamente igual que La gran estafa (Ocean’s Eleven), la versión de 2001 dirigida por Steven Soderbergh.
Debbie acaba de concluir su condena y sale de prisión ataviada con tacón alto, perfectamente maquillada y un peinado de aquellos que requieren decenas de estilistas. (Danny hizo lo mismo, en traje y sin tacón). Después de demostrar sus habilidades —toma “prestada” una valija y se las arregla para conseguir gratis una habitación en un hotel lujoso—, Debbie echa a andar la trama. Contacta a su mejor amiga, Lou (Cate Blanchett).
La mayoría de las estafas en la saga tienen que ver con casinos en Las Vegas; aquí el gran botín es un collar (parece casi candelabro) de Cartier que va a ser robado de una bóveda durante la gala del Met. Es por ello que los realizadores aprovechan para incluir tomas rápidas de Anna Wintour, la editora de Vogue que encabeza el evento, así como de grandes nombres (Serena Williams, Katie Holmes), y otras tomas muy enfocadas en los vestidos y las joyerías.
La película, dirigida por Gary Ross —quien también hizo el guión junto con Olivia Milch y cualquiera de los ayudantes no nombrados que intenta darle algo de verosimilitud a una película sobre estafas.
Uno de los placeres de ver un filme de Soderbergh es su compromiso con que la belleza sea por sí misma uno de los propósitos de la película. En este caso, todo ese peso recae en las actrices.