Noticias de Santa Marta, el Magdalena, y el mundo!
Generalmente dado a los consensos, muchas veces encantador, Justin Trudeau se ha visto forzado a cambiar su benevolente indumentaria por la del «Capitán Canadá», en medio de una inesperada y potencialmente destructiva disputa comercial con Donald Trump.
Boxeador amateur que muchas veces retoma los guantes en su tiempo libre para liberar estrés, el primer ministro canadiense tendrá que medir sus golpes contra el presidente estadounidense Donald Trump, quien lo acusó de debilidad y deshonestidad y de destrozar el acuerdo final de la cumbre del G7.
Trudeau suscitó la ira de Trump al calificar de «insultantes» los aranceles a las importaciones de aluminio y acero impuestos por Estados Unidos invocando la seguridad nacional.
«Los canadienses somos educados y razonables, pero no nos dejaremos apabullar», dijo también Trudeau al cierre de la cumbre del G7.
Elegido como cabeza de un gobierno liberal en octubre de 2015, Trudeau había tratado siempre de no denigrar públicamente a Trump o sus políticas.
En contacto regular vía telefónica con Trump, con una frecuencia mayor a la que mantuvo con Barack Obama, según sus allegados, Trudeau ha ignorado siempre el particular estilo de Trump, intentando resaltar en cambio que ambos llegaron al poder con la promesa de defender a la clase media de sus respectivos países.
Muchas veces descrito como un «mini-Obama», en parte por esa sonrisa omnipresente, Trudeau está mucho más cerca ideológicamente del Partido demócrata estadounidense que del republicano. Sin embargo, ha tratado de esconder estas diferencias para poder mostrarse como un buen vecino.
Todavía se empeña por mantener esa imagen, y por eso se ha negado a responder a los ataques personales que contra él han lanzado Trump y sus asesores, dejando esa tarea a sus ministros, siempre cuidándose de no caer en una guerra de insultos. La ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, lamentó el domingo los ataques personales, pues no son «útiles ni productivos».
A poco más de un año de las próximas elecciones parlamentarias, este exprofesor nacido el 25 de diciembre de 1971 podría aprovechar la disputa comercial que se desató con Estados Unidos para silenciar a sus detractores, que le critican por su falta de carácter en comparación con su padre, que dirigió al país en los 70.
El lunes Trudeau pudo presenciar cómo se formó una alianza de todos los sectores a su alrededor, incluyendo los conservadores que le adversan. Todos llamaban a unirse en torno a su primer ministro mientras Trump amenaza ahora atacar al sector automotor, que marcaría una nueva etapa en esta guerra comercial.
El ministro de Comercio internacional, Philippe François Champagne, anunció que Canadá presentará «rápidamente» un proyecto de ley para ratificar el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica que firmó con 10 países de ambos lados del Pacífico, para atenuar los efectos del conflicto comercial con Estados Unidos.
Por su parte, el Parlamento federal adoptó incluso unánimemente este lunes una moción que apoya al gobierno de Trudeau en su enfrentamiento con Trump.
MONTREAL AFP