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María Corina Machado llama a mantener las manifestaciones en medio de la represión, “vamos a movilizarnos”
La oposición de Venezuela, liderada por María Corina Machado, ha llamado a la ciudadanía a movilizarse para reclamar lo que consideran una victoria.
“Le ofrecimos al régimen que aceptara democráticamente su derrota y avanzar en una negociación para asegurar una transición pacífica; sin embargo, han optado por la ruta de la represión, la violencia y la mentira”, escribió.
La crisis política en Venezuela se ha intensificado tras las recientes elecciones presidenciales, en las cuales Nicolás Maduro fue declarado ganador con el 51% de los votos. A pesar de la proclamación oficial, la oposición, encabezada por María Corina Machado, ha desafiado los resultados y convocado a una serie de manifestaciones en todo el país, acusando al régimen de Maduro de fraude y represión.
La oposición ha publicado en su sitio web copias de las actas de votación que, según ellos, demuestran la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia, con una amplia mayoría. Este alegato ha sido rápidamente desestimado por el chavismo, que lo califica de montaje.
Machado, quien ha sido una figura clave en la oposición al chavismo, utilizó la plataforma X para expresar su descontento con el proceso electoral. “Vamos a movilizarnos, lo lograremos”, dijo.
El Concejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela aún no ha publicado un desglose detallado de los resultados, lo que ha generado dudas y presiones internacionales. La falta de transparencia ha llevado a varios países y organizaciones a exigir un escrutinio más claro. En respuesta, Maduro ha solicitado a la Corte Suprema que se pronuncie sobre la legitimidad de las elecciones, asegurando tener evidencia de su triunfo.
La proclamación de Maduro como presidente reelecto desató protestas en Caracas y otras ciudades, resultando en la muerte de 16 civiles y la detención de más de 1,000 personas, según organizaciones de derechos humanos. En una rueda de prensa, Maduro acusó a González Urrutia y a Machado de ser responsables de las muertes y amenazó con encarcelarlos, describiéndolos como parte de un intento de golpe de Estado por parte de la oposición “fascista”.
Para hacer frente a las manifestaciones, el gobierno de Maduro ha desplegado fuerzas de seguridad por todo el país y ha habilitado una sección dentro de una aplicación de programas sociales para que los ciudadanos denuncien a los supuestos “delincuentes” que han amenazado al pueblo. La Fuerza Armada de Venezuela ha expresado su apoyo incondicional a Maduro, reafirmando su lealtad al mandatario.
La situación ha atraído la atención internacional, con llamados a una mayor transparencia en la presentación de los resultados y temores de una nueva ola migratoria que podría agravar la crisis humanitaria. La ONU estima que 7,5 millones de venezolanos han dejado el país desde 2014, y la situación actual podría intensificar esta diáspora.
El gobierno de Estados Unidos también ha expresado sus reservas sobre la transparencia del proceso electoral. Brian Nichols, jefe de la diplomacia estadounidense para el Hemisferio Occidental, declaró que “está claro que Edmundo González Urrutia derrotó a Nicolás Maduro por millones de votos (…) El CNE de Maduro necesita tiempo para preparar resultados falsificados”.
En un contexto de tensión regional, los presidentes Andrés Manuel López Obrador, Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva, quienes mantienen posturas variadas respecto a la crisis venezolana, tienen previsto discutir sobre la situación en una llamada programada para este jueves. López Obrador confirmó que abordará el tema con Petro y Lula, y que la cancillería colombiana está trabajando en conjunto con Brasil y México para buscar un acuerdo de convivencia en Venezuela.
Brasil ha asumido la custodia de la embajada argentina en Caracas, tras la salida de los diplomáticos argentinos y la denuncia de la oposición sobre cortes de electricidad en la legación. La situación en Venezuela ha llevado a una creciente preocupación y urgencia por una solución pacífica, mientras la capital comienza a recuperar su aparente normalidad parcial tras los días de turbulencia.