HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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‘Por mi fe en Dios, mi hija se salvó’

Patricia Rubio, le sigue dando gracias a Dios por la milagrosa recuperación de su hija Andrea Granados, de 27 años, después de resultar gravemente herida con un trauma craneoencefálico severo y otras lesiones en el cuerpo, producto de la fuerte colisión de dos motocicletas que dejó otras tres personas heridas, la madrugada del pasado 28 de mayo en la calle 8 con carrera 16 del barrio Obrero de esta ciudad.

La joven permaneció diez meses en la Unidad de Cuidados Intensivos en la clínica Bahía luchando por su vida, y hoy ya se encuentra en casa recuperándose rodeada de su familia y amigos que nunca perdieron las esperanzas por volverla a ver fuera de peligro.

El aparatoso accidente donde resultó afectada Andrea, se registró en la calle 8 con carrera 16 del barrio Obrero, momentos en que las víctimas, identificadas como Alejandro Franco, conocido como ‘Dj Exótico’, Andrea Granados, de 27 años, su pareja sentimental, y Felipe Visbal, conocido como ‘Dj Vix’, se transportaban en motos diferentes.

Un cuarto lesionado, quien presuntamente violó una señal de pare y arrolló a las víctimas, fue reportado como Alexander Medina, presuntamente un uniformado de la Policía  Metropolitana de Santa Marta que estaba de civil y minutos antes había salido de una fiesta.

Al parecer, el agente de Policía que presuntamente también se encontraba departiendo minutos antes, colisionó contra la pareja sentimental y su amigo, producto del exceso de velocidad y, al parecer, los efectos del alcohol.

La peor parte la llevó Andrea, quien cayó abruptamente contra el pavimento y quedó inconsciente producto del golpe que sufrió en la cabeza, de donde fue recogida por paramédicos de una ambulancia y tuvo que ser llevada a la urgencia de la clínica mencionada.  Allí los partes médicos sobre su estado de salud eran cada vez poco alentadores.

Incluso, los especialistas llegaron a decirle a la mujer y a su familia que solo un milagro de Dios podría salvar la vida de su hija, quien solo tenía un 20% de posibilidades de vida. Sin embargo, después de ser sometida a dos intervenciones quirúrgicas, Andrea reaccionó horas después y reconoció a su progenitora apretándole la mano y movió su cuerpo, demostrando signos de mejoría que le dieron esperanza a todos los presentes.

La fe y la perseverancia de su madre, Patricia, fueron fundamentales durante este difícil proceso.  Pese a que algunas personas daban por muerta a Andrea, su madre no perdió la fe y se negó a desconectarla de los equipos médicos, confiando en que esta saldría adelante, “Mi hija es un milagro de Dios», afirmó la progenitora conmovida.

“Un médico que nunca más volví a ver se me apareció entre los pasillos de la clínica y me dijo que por mi fe, mi hija está viva, y que Dios escuchó las oraciones de todo el pueblo que se unió», añadió la mujer, que nunca dudó en creer en Dios que salvó la vida a su hija.

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