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El presidente Gustavo Petro y el viceministro de Relaciones Exteriores y encargado de las funciones del despacho del canciller, Francisco Coy, firmaron el decreto que deja en firme la decisión de declarar insubsistente al secretario general de la Cancillería, José Antonio Salazar.
Cabe recordar que, Salazar en las últimas horas firmó tres resoluciones que le adjudican la licitación de elaboración de las libretas de pasaportes en Colombia a Thomas Greg & Sons, luego de que la primera licitación se hubiera declarado desierta y también se declarara urgencia manifiesta por parte del canciller suspendido, Álvaro Leyva.
A propósito, el mismo José Antonio Salazar habló en La W y dijo: “El señor presidente está equivocado, soy un hombre leal”, dijo Salazar.
Añadiendo que “entiendo que el presidente está mal informado. El señor presidente tiene un entorno (…) porque yo soy un hombre leal que me he dedicado a cumplir con el deber de funcionario público y a cumplir la ley en todo sentido, no solo en este caso sino en otros que me han tocado resolver”.
Durante la entrevista, Salazar habló sobre su relación con el canciller Álvaro Leyva, expresando que no sabe si la confianza con el se ha roto o no, pero que ”ha hecho lo que el deber me manda y la ley me dispone”.
DE otro lado José Antonio Salazar, secretario de la Cancillería, se refirió a la relación que tiene con el ahora canciller suspendido Leyva luego de todo el lío con los pasaportes.
“Yo trabajé completamente en la campaña de Belisario Betancourt y lo conocí en esa época, en 1978 lo recibió en Leticia con el candidato”, y así, se catalogó como “hombre de confianza” de Leyva “desde esa época”.
Así mismo, Salazar se refirió a si en algún punto de la coyuntura la confianza entre él y Leyva se rompió.
“No sé si se ha roto o no, pero yo he hecho lo que el deber me manda y la ley me dispone”, enfatizó.
Finalmente, subrayó el hecho en cuando se tomó la decisión de declarar la licitación de pasaportes desierta.
“Le dije que eso ya había llegado a una etapa imposible de declarar desierta la licitación sin asumir un riesgo enorme de detrimento patrimonial para el Estado y que no encontraba ninguna causal para proceder a declararla desierta”, explicó.