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Hay alimentos, frutas y pescados baratos pero faltan compradores

Los principales productos de la canasta familiar se encuentran en la plaza de mercado público a unos precios cómodos y al alcance de todos los presupuestos. /MONTINER ALVIS.

Con la apertura de los almacenes de cadena y de supermercados en los distintos barrios de Santa Marta la afluencia de compradores ha disminuido en la principal despensa de productos de la canasta familiar.

Hay alimentos, frutas y pescados baratos pero faltan compradores

Una gran variedad de frutas, verduras, hortalizas, carnes y pescados con precios económicos se encuentran a disposición de la ciudadanía samaria y de los turistas en las instalaciones del nuevo Mercado Público de Santa Marta.

Gracias al aseo y organización que se exhibe en los distintos puestos de ventas los comerciantes mantienen sus ventas a la clientela que desde hace años los conocen y siempre les compran. Aunque no todo es color rosa porque las ventas en los últimos días han mermado mucho debido a múltiples factores.

Con la apertura de los almacenes de cadena y de supermercados en los distintos barrios de Santa Marta la afluencia de compradores ha disminuido en la principal despensa de productos de la canasta familiar.

Según Adelso Pertuz, quien lleva 37 años expendiendo verduras y otros alimentos en la plaza de mercado, las ventas han decaído con el paso de los años y eso podría obedecer al alto número de negocios que se han establecido en los barrios populares de Santa Marta.

‘‘La gente de Santa Marta llega hasta acá no solo por una tradición sino porque encuentran alimentos frescos y con precios que se acomodan a todos los bolsillos. El mercado está mejorando y esperamos que se habiliten más accesos que permitan la llegada de muchos más clientes, también se proyecta colocar un ascensor que motive a las personas a subir al segundo piso sin traumatismos’’, recalcó el vendedor.

A su turno Gretys Cárdenas López, hizo un llamado a toda la comunidad samaria para que vuelva a la plaza de mercado donde existen unas mejores condiciones de higiene, salubridad y unos accesos viales que antes no existían. ‘‘En el primer piso tenemos toda la variedad de carnes y pescados frescos. Las especies que tienen una mayor demanda son el ojo gordo, la cojinoa, el lebranche, el pargo y la sierra’’, recalcó.

La vendedora destacó la buena organización y aseo que se tiene en los distintos puestos de expendio lo que ha marcado un buen precedente para mantener y atraer a nuevos compradores en esa despensa de proteínas y fósforo que proveen las carnes y los pescados.

‘‘Tenemos una subienda de pescados que ha favorecido la venta pero también ofrecemos la libra de camarón en $8.000 entre otras especies que los adquieren personas adultas que cuidan su salud’’, dijo.

Julio Olivero Olivella quien comercializa pescados en el primer piso afirma que las ventas no están como antes ya que en Santa Marta existen ahora muchos más supermercados en los diferente barrios. ‘‘A pesar de la gran competencia nosotros tenemos una clientela fiel que viene en busca de un pescado fresco y de primera calidad. Lo que queremos es que la ciudadanía venga al nuevo mercado a comprar sus alimentos con precios cómodos, aquí tenemos jurel en posta, pargo a $8.000 la libra, sierra a $10.000 la libra, mojarra roja 4 en $10.000; 5 bocachicos en $10.000; lebranche, robalo, camarones y otros mariscos a precios muy asequibles. 

Otro de los vendedores consultados por HOY DIARIO DEL MAGDALENA fue Javier Antonio Saldaña Rincón quien mostró su preocupación ante la crisis económica que padece como consecuencia de la caída en sus ventas. ‘‘El mercado está limpio y muy bonito pero la gente no quiere subir a comprar. Aquí estoy endeudado y lo poco que se vende es para subsistir. La Alcaldía nos prometió controlar la venta de verduras en los alrededores del mercado pero cada día existen más. También nos prometieron una reubicación en El Pueblito y nos sentimos abandonados y llevando del bulto’’, manifestó.

Saldaña reconoció que en tres años que lleva en la nueva plaza de mercado la situación ha ido de ‘capa caída’ y se considera un pequeño comerciante damnificado porque sus ingresos son pírricos.

Para Fausto Pitre otro de los vendedores ubicado en el segundo piso, la situación que está viviendo es grave porque sencillamente la gente no está comprando como antes. ‘‘En mí caso particular las ventas han bajado un 80% y en eso contribuye la gran oferta de productos que existe en las afueras del edificio del mercado. De lunes a viernes los inspectores del espacio público realizan sus operativos acá, pero los sábados y domingos que son los días de mayor afluencia de compradores en el mercado esos mismos inspectores se van para Taganga, El Rodadero y otros lados quedando esto aquí sin control’’, recalcó.

MÁS CONTROLES

Lilibeth Ricardo Díaz, quien lleva 12 años vendiendo en la plaza de mercado, dijo que las ventas han disminuido porque hay demasiados vendedores ambulantes que se ubican en los alrededores del nuevo edificio y que la clientela prefiere adquirir los alimentos en la calle.

 ‘‘La Alcaldía se ha comprometido con realizar unos operativos diarios para controlar a los vendedores informales pero no se ven los resultados y por el contrario los inspectores del espacio público llegan a los puestos formales a pedirnos que retiremos las canastas y despejemos las áreas para permitir el flujo de compradores pero acá no llega mucha clientela porque allá afuera ya consiguen ahora hasta las verduras’’, indicó.

Esta mujer vendedora se mostró de acuerdo con la ubicación de un ascensor que facilite a las personas de edad poder subir a realizar sus compras en la plaza de mercado que continúa siendo la principal despensa de alimentos para la canasta familiar de los samarios.

Por su parte Álvaro Rincones quien ya completa 15 años vendiendo en la plaza de mercado, asegura que los productos de la canasta familiar se han incrementado principalmente la zanahoria y el tomate. ‘‘Un bulto de zanahoria que se compraba en $100.000 ahora se paga en $150.000, mientras que el bulto de tomate subió de $50.000 a $80.000 lo que influye en la comercialización’’, anotó.

Reconoce que es importante que la administración del mercado logre unos acuerdos con los distribuidores mayoristas que permitan adquirir los alimentos a un mejor precio que redunde en el beneficio para el consumidor final que es la ama de casa y el pueblo samario.

VERDURAS Y FRUTAS

Al referirse a los precios de las verduras y frutas Jairo de Ávila opina que el alza en estos productos ha incidido en su comercialización aunque reconoce que la clientela ha sido fiel y eso le ha permitido estar por encima del punto de equilibrio en el negocio.

‘‘La afluencia de compradores ha estado muy floja pero siempre le pido a Dios que provea y Él ha sido bueno con nosotros. Esto acá arriba es bravo y durísimo. Uno se salva por los clientes que ha cautivado y son fieles ya que la cantidad de personas que llegan a la plaza no todos suben porque se cansan o porque son personas mayores de edad que se les dificulta venir acá. Necesitamos mas apoyo del Distrito porque nos convenció a venirnos hasta el segundo piso con el ánimo de despejar las calles pero lo que observamos es una mayor proliferación y estamos llevando del bulto aquí arriba’’, manifestó el vendedor que completa 38 años en esa actividad.

Don Jaime Mercado dijo que la proliferación de expendedores de frutas y de verduras en las afueras de la plaza de mercado ha incidido en la caída de las ventas porque los compradores prefieren adquirir sus productos en la calle.

‘‘En estas instalaciones ya completo casi 3 años y debo reconocer que tenemos una mejor organización interna pero los compradores no se animan a subir a pesar que nuestros precios son baratos. En este momento tenemos la docena de mango de azúcar a $2.000; un melón a $2.000; la libra de guanábana a $2.000; zapotes desde $1.000; tomate de árbol a $1.500 la libra; lulo a $2.000 la libra mientras que la maracuyá a $2.500 la libra’’, recalcó.

Humberto Escobar ya completa 42 años en la plaza de mercado y agradece al exalcalde Carlos Caicedo por haberle metido la mano a la renovación del mercado público de Santa Marta. ‘‘Lo que pedimos a la comunidad samaria es que venga y compre porque tenemos los mejores precios en los productos de primera calidad’’, indicó.

Fue categórico al manifestar que a pesar de la competencia generada por los grandes supermercados y almacenes de cadena en la plaza de mercado se consiguen los precios más baratos porque según él ‘‘aquí no cobramos las bolsas ni las pisadas ni el aire acondicionado’’.

 

Escobar extendió una invitación a toda la comunidad residente en la ciudad para que conozca las nuevas instalaciones de la plaza de mercado público, llegue y compre con confianza todos sus productos y vea como rinde el dinero porque es el único sitio donde siempre se consiguen precios baratos.

Por último Hilda Rosa Barranco Gómez, una asidua compradora en la plaza de mercado público de Santa Marta, dijo que ella frecuenta ese sitio porque la mayoría de personas que trabajan en ese lugar son madres solteras y luchadoras que se ganan el sustento diario para sus hogares de forma digna y honrada.

 ‘‘Quiero aprovechar esta ocasión para reconocer que en este lugar el dinero sí rinde porque se consiguen productos de primera calidad a precios económicos que compiten con los grandes supermercados. Hago un llamado a toda la comunidad para que venga en familia a realizar sus compras acá en la plaza de mercado de Santa Marta’’, puntualizó.

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