Noticias de Santa Marta, el Magdalena, y el mundo!
Mario Vargas Llosa vuelve a su natal Perú
Ya se encuentra en las librerías del país ‘Le dedico mi silencio’, la nueva novela del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien se aventura por nuevos senderos para volver sobre algunas de sus obsesiones recurrentes.
El tema central de esta novela, como en varias otras del autor, como en ‘El paraíso en la otra esquina’, por ejemplo, o ‘La guerra del fin del mundo’, es la utopía. En este caso el lector se encontrará con una novedad que resulta muy interesante. La utopía que enardece al protagonista de la historia ya no es política o ideológica, sino cultural, y tiene como elemento detonante la música criolla peruana.
Habiendo creado una obra portentosa inspirada en la realidad peruana, esta es la primera vez que Vargas Llosa aprovecha uno de sus elementos culturales más distintivos, incluso más claramente asociados a su identidad nacional y a sus mitologías sentimentales, para tramar una historia que se sumerge en el universo popular peruano y en la historia de este género musical.
Una de las claves de la novela es el juego autoirónico que Vargas Llosa plantea desde las primeras páginas. Toño Azpilcueta, el protagonista, es un cultor del criollismo, y por lo tanto un nacionalista cultural que repudia el cosmopolitismo y las influencias extranjeras, justamente todo aquello que ha defendido Vargas Llosa en sus debates públicos.
Azpilcueta es un erudito en música criolla y un nostálgico de esa Lima tradicional en la que los bohemios (él no lo es, y tal vez es en lo único que se parece a su creador) iban a las peñas a descubrir los nuevos talentos musicales (los cajoneadores, los guitarristas, los cantantes, los bailarines) y a recrearse en ese sentimiento criollo, lleno de alusiones amorosas a la patria, acompañado de piscos bien cargados y de descorazonados penando por pasiones prohibidas o imposibles.