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Crimen de Alfonso fue un ajuste de cuentas 

Al parecer, la víctima habría recibido una advertencia de que abandonara la ciudad.

El Cuerpo Técnico de Investigación – CTI de la Fiscalía General de la Nación en articulación con la Seccional de Investigación Criminal – Sijín de la Policía Metropolitana de Santa Marta, avanza en las pesquisas para establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se perpetró el crimen de Alfonso Emilio Mejía Deluque, de 28 años de edad.

Los investigadores judiciales, de acuerdo con la información que conoció esta casa editorial, están llevando a cabo las labores de campo que consisten en la recopilación de pruebas. Estos procedimientos permiten el análisis de grabaciones de cámaras de seguridad, recolección de testimonios y entrevista a los familiares de la víctima.

Los peritos judiciales han podido determinar, de manera preliminar, que el homicidio de Mejía Deluque tendría relación con un ajuste de cuentas.

“Hemos podido conocer que esta persona había recibido una advertencia de que abandonara la ciudad lo más pronto posible”, dijeron las fuentes judiciales.

Del mismo modo, los residentes del sector donde encontraron el cadáver manifestaron que después de escuchar las detonaciones vieron pasar a toda velocidad un vehículo de servicio público, tipo taxi. “Al parecer, la víctima fue amarrada con cinta y llevada hasta dicho lugar, en donde la lanzaron y luego le dispararon”, agregó la fuente.

LOS HECHOS

Como se dio a conocer en la edición anterior, este hecho se registró en una polvorienta, oscura y desolada trocha de la parte trasera del barrio Villa Dania, en el oriente de la ciudad, cuando la ciudadanía se disponía a dormir y escucharon las detonaciones de arma de fuego.

De acuerdo con la información que recopilaron los investigadores judiciales, Mejía de Luque fue llevado bajo engaños por sus asesinos hasta el mencionado sector, en donde sin mediar palabras le dispararon en cuatro oportunidades, dos de los proyectiles se lo propinaron en la cabeza y dos en el rostro.

Logrado su cometido, los criminales huyeron con rumbo desconocido y dejaron el cadáver de Alfonso en medio de la trocha, con posición boca abajo y sus manos y pies atados con cinta.

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