HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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El general Montoya cometió delitos de lesa humanidad

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) acusó al general en retiro Mario Montoya de crímenes de lesa humanidad, específicamente de homicidio en persona protegida y desaparición forzada.

De acuerdo con el Tribunal de Paz, el oficial es responsable de más de 130 asesinatos y desapariciones forzadas, que ocurrieron en 16 municipios del oriente de Antioquia.

Los hechos ocurrieron entre 2002 y 2003, cuando Montoya ejercía como comandante de la Brigada IV del Ejército, donde consolidó el mensaje de “muertes en combate” como el único indicador de éxito, aseguró la JEP.

A partir de las cifras de muertes, los militares de los distintos batallones adscritos a esa brigada recibían incentivos, vacaciones y felicitaciones.

Montoya fue el encargado de fortalecer el discurso de legitimidad de la guerra que llegaba a los militares, a través de programas radiales. “A la gente que se destaca hay que darles permiso”, solía decir el exmilitar.

Los testimonios tanto militares como víctimas le permitieron a la Jurisdicción Especial establecer que el entonces comandante militar daba la “orden recurrente” de alcanzar “litros, chorros, ríos, barriles o carrotancados de sangre”.

Así lo relató este miércoles la magistrada Catalina Díaz Gómez, una de las relatoras del macrocaso 03, que investiga ‘falsos positivos’.

Para la JEP, Mario Montoya es responsable de crímenes de lesa humanidad, específicamente de homicidio en persona protegida y desaparición forzada, delitos que hicieron “parte de un ataque contra la población civil”.

El Tribunal determinó que “no fueron hechos aleatorios, ocasionales o aislados”; por el contrario, las ejecuciones extrajudiciales obedecieron a patrones sistemáticos.

A su vez, esos «patrones» fueron la modalidad con la que Montoya intentó obedecer la política estatal de búsqueda de victoria en la guerra contra los grupo guerrilleros.

El oficial tiene 30 días hábiles para reconocer su responsabilidad o rechazar los cargos endilgados. Ese mismo plazo lo tienen las víctimas y el Ministerio Público para presentar observaciones.

Al terminar ese período, la JEP determinará una fecha para una audiencia pública de reconocimiento de verdad. De lo contrario, si Montoya sigue negando su participación, como lo ha hecho hasta ahora, el caso irá a la Unidad de Investigación y Acusación, que es como la Fiscalía de la JEP.

Si acepta su responsabilidad, luego de la audiencia de reconocimiento se emitirá una resolución de conclusiones con las que el Tribunal de Paz y las víctimas evaluarán sanciones propias de la justicia transicional. En caso contrario, el proceso podría llevarlo a una determinación de hasta 20 años de cárcel.

Además de la imputación de hoy, Montoya sigue investigado por sus actuaciones como comandante en el Caribe y como comandante del Ejército Nacional, por lo que debe seguir compareciendo y podría ser nuevamente imputado.

¿Quién es Mario Montoya?

Decenas de testimonios  han acusado de una multiplicidad de delitos al general Mario Montoya, quien ayer miércoles fue imputado por la Fiscalía en el caso de los falsos positivos, las ejecuciones extrajudiciales de civiles que militares hacían para pasar por guerrilleros.

Montoya, de 72 años, ha negado haber ordenado las ejecuciones, las ha calificado como actos de «cobardía» y ha argumentado que las violaciones de derechos humanos son resultado de la baja profesionalización en el ejército y del reclutamiento de personas de bajos recursos.

«Yo exigí resultados operacionales, exigí operaciones; no bajas. Nadie puede decir que el general Montoya mandó a matar ni que me enteré que habían matado», le dijo el año pasado a la Jurisdicción Especial para la Paz, la corte transicional que investiga el conflicto armado tras el acuerdo de paz firmado hace casi cinco años.

Ahora Montoya, que es también acusado de corrupción y vínculos con el paramilitarismo, deberá responder ante una jurisdicción penal, la Fiscalía, por al menos 104 asesinatos realizados bajo un perverso sistema de cuotas que buscaba premiar el desempeño de los militares.

Montoya ya había sido imputado por la Fiscalía en 2016, pero la investigación fue suspendida de manera indefinida hasta ahora, que las víctimas demandaron al Estado y la Fiscalía tuvo que reanudar las investigaciones.

En los 40 años que Montoya hizo parte del ejército, la guerra en Colombia se agudizó, las guerrillas y el narcotráfico se empoderaron y Estados Unidos se convirtió en un actor principal del conflicto como financiador de las polémicas guerras contra las drogas y el terrorismo.

En ese periodo Montoya comandó operaciones que le valieron decenas de condecoraciones, entre ellas seis Cruces de Boyacá, un prestigioso premio que da el Estado a ciudadanos y funcionarios.

El punto más alto de su carrera fue durante el gobierno de Álvaro Uribe, quien lo nombró en 2006 comandante del Ejército Nacional.

Entre las misiones famosas que dirigió estuvo, por ejemplo, la Operación Jaque, un astuto plan en 2008 que logró sin un solo disparo la liberación de Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y 11 soldados colombianos secuestrados por la guerrilla de las FARC.

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