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De forma concreta el presidente de la República, Gustavo Petro, respondió a recientes situaciones suyas personales como su estado de salud, la cancelación de sus citas, y lo que le ha significado el proceso judicial de su hijo.
Petro en entrevista con la revista Cambio, por ejemplo dijo los problemas de su agenda no dependen de nada grave en su salud y que su agenda él estaba acostumbrado a hacerla y ahora no es así. “…al principio eran sábados, domingos y hay un momento en que uno dice no más. Yo necesito mis equilibrios, el cansancio permanente es un mal consejero. Si usted se excede, pues no va a pensar bien, va a cometer errores y en este caso yo no puedo darme el lujo de cometer muchos errores”.
Precisó que cuando anunció le hicieron unos examenes en Cuba para saber si tenía cáncer, “lo dije públicamente y eso fue un error monumental, porque en la prensa me empezaron a señalar de mentiroso”.
En otro aparte de la entrevista señaló que “¿Por qué tengo que estar vigilado? Uribe se iba para su finca, todos lo supimos. No todo lo que pasara ahí, conversara o hiciera era de conocimiento público. Yo sé que en el Palacio de Nariño se hacían parrandas de orquestas vallenatas, les gustaba, no tengo por qué criticar eso, pero no había una prensa acuciante. Yo lo que siento es una prensa que decidió vigilar como la Policía. Que considera que Petro porque es de izquierda, entonces tiene que ser vigilado de una manera diferente”.
Sobre la posible enfermedad de la depresión que señaló la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, Petro respondió así: “No, yo no tengo. Eso nunca ha estado en mi existencia. El chisme de Ingrid además no lo entiendo porque trato de recordar ese momento. Yo estaba en Europa, evidentemente en un momento que para mí no era placentero, porque yo me había ido amenazado de muerte. Entonces, eso que cuenta Ingrid son mentiras. Incluso a mí no me gustó porque llegaba con Lucio, eran novios en ese momento, me rompieron una cama (risas). Entonces Ingrid está completamente equivocada. No sé por qué hizo eso”.
Sobre la situación judicial de Nicolás Petro, respondió que “el episodio tiene truculencias y después de las truculencias propias de la vida personal, entonces viene la truculencia política. Lo que le hacen. Si el fiscal lo invita al búnker a dar la declaración, no pasa nada diferente. Pero, ¿Por qué hicieron todo eso? Porque era el hijo del presidente. O sea, es por mí. No es por él o por ella o por las personas que están ahí vinculadas. Es por mí. Y entonces yo estoy produciendo unos daños. No es un episodio fácil. Ahí hay algo más. Yo siento que las personas que están detrás de la estrategia de ver que Petro es un delincuente y entonces ver cómo lo tumban. El sistema demostró lo que es. Me querían llevar preso.
Al se preguntado sobre si piensa cambiar la terna a fiscal por la cercanía de Ámparo Cerón con Néstor Humberto Martínez, respondió que “yo tengo la facultad de hacerlo si lo quisiera. Ha surgido una experiencia institucional que llama a la reflexión y es que el presidente pierda su derecho a presentar la terna porque la Corte la devuelva cuantas veces quiera, sin que eso esté escrito en la Constitución” y al ser contra preguntado sobre el tema sostuvo que “yo tengo que garantizar que toda la terna, cualquiera que vaya a ser, sea elegible…Yo he tomado nota de sus investigaciones… Estamos en la reflexión porque hay otros elementos que quiero ver en este momento”.
Con respecto a su exsecretaria privada, Laura Sarabia, no descartó que regrese “ya veremos. Ese episodio en el que también me intentan vincular a mí, que me costó porque eso me hizo sufrir, porque ahí murió un coronel y no tenía por qué morir. ¿Por qué? Es más mi criterio, y es duro, pero a él lo mata la presión de la prensa. Por lo que yo puedo hablar con la esposa y con los familiares en el entierro, esa tarde fue normal. Él llevó a la mamá al aeropuerto que se iba para París, habló con la hermana, tengo entendido y bueno, con su familia”.
Y reiteró sobre el tema que “yo a Dávila lo vi una vez en mi vida. Lo llamé a mi oficina, pues cuando empezó a aparecer todo ese tipo de información, nunca lo había visto. Estaba cerca pero no a la vista, ellos estaban en otras oficinas. No tenía una relación con él, ahí lo conocí. Quizás yo también debí haber entendido que este hombre estaba recibiendo presiones. Pasó la conversación y ya, pero hay personalidades diferentes y eso hay que aprenderlo. De hecho fue algo que me motivó a ir a hablar con mi hijo. Es que si uno las aguanta no significa que cualquier persona las puede aguantar”.
“Sí, la presión lo mató y fue la prensa. Él no estaba presionado por nosotros. Él estaba preocupado por el proceso. Él sentía básicamente, no por el tema del polígrafo a él le parecía eso normal, que estaba reglado, que no había ningún problema, que siendo voluntaria la presencia de la señora no había ningún problema. Él estaba preocupado era por la interceptación que obviamente sí era otro tema diferente. Yo no conozco bien los pormenores de eso. He visto informes de contrainteligencia que no sé qué tan firmes serán. Me da la impresión que la Dijín hace algo que dentro de ellos es una práctica normal. Pero que no lo es”, reiteró.
De las afirmaciones de Armando Benedetti, su exembajador en Venezuela con Laura Sarabia en donde asevera varias cosas contra él, Petro dijo que “tuvo un papel protagónico y hay que reconocerlo. Las 100 reuniones no las hace él, las hacen muchos equipos y mi nombre, porque sino no llena”, y sobre la plata “la campaña se financió por, no tengo la cifra exacta de este momento, pero supera los 20.000 millones. En primera vuelta fue algo así como 20.000 millones. Hay una segunda vuelta. ¿Qué establecimos? Que yo sí conozco el peligro de eso, yo sé qué pasa ahí. Ahí pasan muchas cosas, gente que se pide la plata y se queda con la plata, es una oportunidad de oro para mucho vividor. Hay mucha gente que quiere meter la plata. Yo sé, yo lo dije, que la mafia quería meter plata en la campaña mía. Es más, descubrí maneras de cómo intentaron hacerlo y no era cualquier plata. Ellos hablaban de 10 millones de dólares por unos puestos específicos sobre los cuales hay que prestar especial atención, porque son los puestos de la mafia”.
Insistió que “yo creo entender lo que le pasa a Benedetti. Esas grabaciones, audios que no son interceptaciones, son mensajes de voz. Lo depositan en manos de una periodista porque ahí lo que hay es una pelea horrible entre Laura y Benedetti. Y Laura es una mujer joven, entonces no es lo mismo una presión de esas. Lo que hay ahí es una pelea, un tema de celos de poder. Que a mí me asusta porque yo a veces me miro (risas) y yo no me siento presidente, pero no soy yo el que desata eso, es el poder y desata cosas muy feas. Yo siempre lo he dicho: el poder es una droga y matan por eso”.
Le preguntan sobre si le reclamó a Benedetti la afirmación el presidente tiene problemas, “yo no le he reclamado porque nunca, ni siquiera me tomo un trago con él. Yo me cuido. Yo no puedo saber cómo es él realmente borracho. Nunca he tenido esa experiencia de lo que le pasa a él. Él se me insinuaba mucho, digamos venga y se toma un whisky, Petro. Pero en campaña, cualquier trago es peligroso. Navarro ya me lo había dicho y es cierto, me pasó en Girardot, yo llegué con cansancio y si uno se toma una cerveza no es lo mismo así que si está descansado, porque usted está en el estrés, cansado del cuerpo, está absolutamente cansado y por eso es que cuando uno acaba la campaña es como si le cayeran un edificio encima. Queda uno aplastado. ¿Entonces? Pues en general nunca hay alcohol en una campaña electoral. Y yo a él le sacaba la maleta. Digo, no”.
Y continuó al respecto, “yo le tengo cariño. Lo que hizo ahí en esa conversación nos puso en manos de nuestros rivales. Todo el mundo a buscar los 15.000 millones, claro que están ahí pero son préstamos. Pero préstamos no es cualquier persona, son préstamos de banca. A nosotros nos prestó Bancolombia y Sudameris, creo”.