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Esta semana fue aprobado en primer debate mi proyecto de Bono Escolar. Los padres tienen el derecho a elegir el colegio privado o público que desean para sus hijos, y el Estado asume el pago total de los derechos académicos y servicios complementarios: pagos de pensión, matrícula, costos de enseñanza, herramientas de aprendizaje, salud del estudiante, comidas, administración y útiles escolares. Lo diseñamos para niños en condición de vulnerabilidad, pobreza moderada o pobreza extrema; 5,9 millones de niños podrían beneficiarse.
Los niños más pobres de Colombia están condenados a una educación de muy mala calidad con el sistema actual. En el año 2021, los estudiantes de colegios privados obtuvieron en promedio 43,7 puntos más que los colegios públicos en las pruebas de Estado. Departamentos como La Guajira con una pobreza monetaria de 67,8%, los colegios privados obtienen 62 puntos adicionales, en Córdoba con una pobreza de 59%, los privados sacan 54 puntos más. Bogotá con una pobreza de 36%, 32 puntos adicionales. O en Valle con pobreza de 29%, 30 puntos más. Las brechas de recursos tienen su más dramática expresión en la desigualdad en la educación.
Tenemos que trabajar en conseguir igualdad de oportunidades, que empieza por acceder a la mejor educación disponible. El proyecto reivindica la capacidad de las familias para escoger los colegios de sus hijos, porque lo que debe ser público es el acceso y no el edificio. Y al mismo tiempo y de manera inmediata abre la puerta para que puedan acceder a mejor calidad. El requisito de los colegios privados es estar por encima de la media de colegios públicos, y nadie se puede pasar a un colegio de inferior rendimiento de aquel en el que está.
Colombia tuvo un programa de Bono Escolar exitoso. El programa PACES en los años 90. De hecho el premio Nobel de economía Michael Kremer demostró que los beneficiarios tuvieron un 16% de más probabilidad de terminar la escuela secundaria a tiempo. Un aumento de la matrícula en la educación superior en un 16%, y un aumentó los ingresos formales en un 8%. En septiembre pasado en su visita a Colombia le presentó estos resultados al entonces ministro de educación Alejandro Gaviria y le recomendó el bono escolar para mejorar la calidad educativa. Otro estudio de la universidad de los Andes, señala que el programa incrementó en casi 10% la probabilidad de permanecer y continuar en el sistema educativo respecto a un grupo que no obtuvo la beca.
Colombia también ha tenido colegios en concesión con resultados sobresalientes: en 2021 obtuvieron 14,1 puntos más que los colegios públicos en las pruebas de Estado. El Bono Escolar también ha sido exitoso en muchos países: en Chile con la mejor educación de Latinoamérica.
El proyecto, al que le faltan todavía 3 difíciles debates, no afectará la educación pública. Se trata de recursos adicionales y se prevé que los colegios públicos también puedan recibir el bono. El caso de Suecia es muy significativo, Bohlmark y Lindahl demostraron que el bono favorece a la educación: el aumento de 10% en la proporción de alumnos de escuelas privadas se asocia con un rendimiento 1,7 veces superior al de colegios públicos.
El futuro exige decisiones audaces con resultados en el corto plazo. La peor brecha de inequidad hoy en Colombia, sin duda alguna, es la educación. Estamos segregados de acuerdo a la capacidad de pago; el Estado debe tomar medidas ahora y garantizar equidad en lo que más importa, las oportunidades y la libertad de elegir.
*Senadora