Los peligros de la palabra cambio

En Colombia se ha puesto de moda que los candidatos de izquierda a las distintas corporaciones y cargos públicos del ejecutivo hablen en campaña del cambio, pero no especifican cual será el cambio, como será éste, para quienes serán los cambios, con qué fin se harán los mismos y mucho menos le explican a los lectores como efectuarán eso cambios y si estos significan cambios al modelo de Estado actual.

El presidente Petro no fue ajeno a esta costumbre y no se cansó de prometer el cambió y aún lo sigue pregonando, para justificar los proyectos de reformas que ha presentado al congreso, como el de la salud o la reforma laboral y la cacareada reforma pensional.

Para entender un poco más lo que es el cambio miremos algunas definiciones de que es cambio:

“¿Qué es el cambio? Un cambio es la acción de transformar una cosa en otra, abandonar una cosa o situación por otra, o intercambiar alguna cosa por otra que se considera de un valor semejante.”

Cambio es “El proceso a través del cual una organización llega a ser de modo diferente de lo que era en un momento dado anteriormente.”

Si miramos la primera definición y hacemos un repaso de lo propuesto por Petro candidato, nunca habló de cambiar el modelo de Estado en referencia al sistema de salud, porque transformar un sistema de prestación de salud con aseguramiento del mismo prestado por particulares y públicos, por uno solamente público, significa comenzar a cambiar en parte el modelo de Estado.

Lo cual, en ningún momento fue planteado en la campaña del hoy presidente Petro, Colombia es un Estado democrático, con separación de poderes, donde cada Rama del poder público tiene sus funciones independientes, pero con la obligación de trabajar amónicamente, sin tratar de interferir en las funciones de cada uno de ellos.

El cambio político, significa la transformación de las entidades prestadoras de servicios públicos, como el de la salud, lo que no necesariamente, debe llevar a reemplazar al sector privado por el público, nuestra constitución garantiza la libertad de empresa, la libre inversión y la libre competencia, coartar este derecho en un servicio público, como es la prestación del servicio de salud, es inconstitucional y atenta contra la libertad que toda actividad tiene  en nuestro país.

Lo anterior, no obsta para que no se pueda mejorar lo que hay, en cualquier actividad de los servicios que presta el Estado o los particulares, dentro de la libre empresa, pero una cosa es mejorar y otra destruir, para tratar de regresar al manejo de la salud a cargo del Estado.

Los colombianos merecemos lo mejor y los gobiernos deben y tiene la obligación de garantizar un servicio, como es la salud,  todos sabemos que el Estado no es un buen administrador, o será que se quiere regresar a lo que vivimos en los tiempos del Seguro social o cuando las personas sin recurso, morían en las puertas de las emergencias de los hospitales públicos, porque no los podían atender por falta de recurso humano, económicos y logísticos.

La salud es un derecho fundamental del que gozan todos los colombianos y ningún gobierno, ni gobernante puede poner en riesgo la prestación de este servicio por razones de ideología política, todo está sujeto a mejoramiento, pero no a empeorarlo, que es lo puede llegar a suceder si se aprueba la reforma a la salud presentada por la exministra Corcho y surte su trámite en el Congreso.

*Abogado