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´Lagomar´: el edificio de la muerte
No se trata de un acto supersticioso pero para expertos en temas paranormales, existen unos factores espirituales que están incidiendo en que las personas escojan este lugar para quitarse la vida.
Tener una propiedad a la orilla del mar en una zona privilegiada de Santa Marta, ha sido el sueño de cualquier persona con gustos exclusivos. Por eso desde finales de los 80 e inicios de los 90 empezaron las grandes explotaciones de constructoras en el sur de la ciudad. Uno de esos colosos e innovadores edificios fue el Lagomar, una estructura de 13 pisos, con amplias áreas de esparcimiento, con un moderno diseño que empezó a ser levantado en 1994, según decreto distrital 162 de febrero de ese año. No era un rascacielo neoyorkino, pero sí una nueva proyección arquitectónica.
Sin embargo, por motivos que aún se desconocen, el Lagomar no fue terminado y los 300 apartamentos fueron envejeciendo, se deterioraron y ante la soledad ha venido siendo ocupado de forma irregular por migrantes y colombianos que viven en estrato 6 pagando poco o nada. Es un vetusto condominio que ofrece condiciones similares a algunos hoteles, pero sin permiso para habitarlo y sin acceso legal a los servicios públicos. Se desconoce cómo, pero hoy hay toda una ciudadela residencial, con tienda, billares, consultorios espiritistas y sitios de citas amorosas, existen unos caciques que se apoderaron de una propiedad ajena para alquilarla.
Todo esto ha servido para aterrizar en el punto de interés, los suicidios que allí se han presentado. Desde diciembre del año anterior hasta la fecha, Deisy Solano con 37 años, de nacionalidad venezolana; Cristian Ocampo Nieto, un técnico en computación y un sujeto identificado como Alcibíades, decidieron acabar con su vida lanzándose del undécimo, décimo y noveno piso, respectivamente. Unos podrán pensar que se trata de un factor de coincidencia, no obstante, hay otros que analizan en el fondo una atracción del mal, algo sobrenatural que sería una especie de ‘maldición’, unos seres demoníacos que están siendo un imán de muerte.
LA SALUD MENTAL
Juan Carlos Guerrero Berrio es pastor evangélico y presidente de la Iglesia Family Church International de Gaira, su experiencia como líder espiritual y conferencista le lleva a identificar lo que está oculto. “Interpreto que allí tuvo que haber, en cualquier momento de la historia, alguien que decidió matarse y esto dejó una marca de precedente que alojó a un demonio, porque no se debe desconocer que hay agentes negativos que aparecen explícitos en la Biblia, por ejemplo, Efesios capítulo 6. Es un mundo invisible donde estos demonios especializados toman control en la voluntad de los humanos para que elijan decisiones precarias”, aseguró Guerrero.
A su vez, no anula que esta tendencia de muertes también involucra un aspecto psicológico, toda vez que, “en esta era postcovid estamos en una crisis, no es un secreto que ha aumentado la ansiedad y el descontrol emocional. Últimamente ha habido unas estadísticas alarmantes de suicidios bajo diversas modalidades. La gente que acaba con su ser, tiene un dolor no solucionado que puede obedecer a un fracaso, un rechazo, una enfermedad mental o problemas financieros y emocionales que superan la inteligencia emocional y quedan sin esa fuerza para luchar el día a día”, subraya.
UN MAL DE ANTES
El pastor señala que todos los pleitos que imposibilitaron la terminación planificada de la obra, atrajeron cargas negativas porque los espacios físicos son tomados por entes del mal. “Los humanos, gracias a la acción del Espíritu Santo, podemos sentir las cargas, por eso identificamos los sitios a los que llamamos ‘pesados’, que se ven oscuros aunque tengan muchos bombillos, que aunque tengan ventanas el aire no puede circular bien, todo esto es porque hubo una causa que permitió que los espíritus se apoderaran, como las palabras, brujerías o discusiones”, asevera el experto.
Guerrero Berrio reafirma que los suicidios son el resultado de esa maldición, la cual, apelando a los textos bíblicos, enseña que esta siempre genera sus consecuencias, dado que no quedan en el vacío. “Una maldición nunca viene por sí sola, esa influencia negativa y oscura, se metió porque hubo un permiso previo. El edificio no está incitando a la vida, y lo puedo explicar mejor con lo que dice Deuteronomio en los capítulos 27 y 28, que da una lista de las maldiciones. Quiero dejar claro, además, que la raíz principal de los suicidios es la salud mental, pero que se suma a lo que atrae el edificio”, aseguró.
Con todo lo ocurrido hay un temor que el condominio termine siendo un santuario de la muerte en Santa Marta, por tanto, la manera de contrarrestar este tipo de acontecimientos es consagrar el sitio. En el ámbito de la explicación teológica, el pastor acota que debe tenerse en cuenta “los espíritus generacionales” que pueden durar hasta 400 años atacando a una sola familia, por eso no se sabe si los que se han lanzado vienen arrastrando maldiciones de sus antepasados, o que estos hayan podido establecer pactos con el diablo.
“El demonio reclama sus ofrendas, en la doctrina que nosotros predicamos se establece que venimos peleando con seres que nuestros padres no pudieron vencer, los cuales se transfieren de generación en generación, por eso no descartamos que esa también haya sido la razón de los suicidios. Los espíritus del edificio están atrayendo a los que tienen una salud mental muy débil”, refiere el líder de la Family Church International.
El consejo que dio Juan Guerrero Berrio es que el Lagomar debe ser exorcizado para ahuyentar las acechanzas diabólicas que amenazan la tranquilidad de los que allí viven.
Para los expertos en psicología, las ideas suicidas presentan síntomas, señales de alarma que no pueden pasar inadvertidas. Según el Instituto Nacional de Salud en lo que va del 2023, en Santa Marta, la red hospitalaria ha atendido 92 casos de pacientes que reportaron un intento de suicidio.