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Como cada 19 de abril, comparto mi sentipensar sobre el impacto que el M-19 y su líder, Bateman, han tenido en mi vida. De hecho, mi hija lleva el nombre de Avril, porque abril significa esperanza, y la esperanza es revolución. Por lo tanto, Avril representa amor y revolución, #AmorRevolucionario.
“En la medida en que no se haya completado el sancocho nacional, no se habrá logrado la paz en este país”, Bateman.
Con el título de una canción de Fito comienzo este escrito, en homenaje al líder de izquierda más importante de nuestra ciudad, Jaime Bateman Cayón. Aunque Fito aparentemente se refiere a una mujer en su canción, yo dedico esa frase y la canción misma al sentimiento que despertó y aún despierta en mí la proclama política de ‘El Flaco’.
Para mí, abril representa más que simplemente el comienzo o la apertura de la primavera, como a menudo se le asocia.
Abril es ESPERANZA, una ilusión que despertó en miles de hombres y mujeres en este país la propuesta de Bateman y el M-19, así como lo que aún despierta en mí el pensamiento del sancocho nacional, porque como él mismo le dijo a Patricia Lara: «hacer bien la política es como hacer bien el sancocho», haciendo alusión a ese plato tan típico de los colombianos que, con sus particularidades en cada región, invita a la identidad nacional, a la inclusión, a la democracia, y A LA LUCHA.
Pero no una lucha basada en modelos o propuestas extranjeras, sino en nuestras propias raíces, tan propias como el sancocho. Por eso el M-19 hizo volver a la lucha la espada de Bolívar y devolviendo así la imagen de un luchador contra la opresión al propio Bolívar, un hombre que empuñó las armas para defender y proteger a su pueblo. Eso es lo que el M-19 buscaba hacer.
Como no rememorar los [robos al estilo Robin Hood y las reuniones en la madrugada, inmersos en el disfraz de turno. Estos eran claros ejemplos de la esencia caribeña de «mamarle gallo» a todo y disfrutarlo todo, incluso la revolución. Convencieron a muchos de que esta era una gran aventura a la que había que ponerle pasión y locura, pero una locura apasionada, ya que la lucha no debía ni podía ser una tortura autoinfligida.
Por eso, la revolución es una RUMBA, y a esta rumba solo se suma el pueblo si sus líderes le seducen, le enamoran. No se puede hacer una revolución sin despertar los sentimientos y afectos más profundos de la gente.
Un mes que parece encerrar al EME, como dijo Oscar Domínguez, nacer y morir en abril ha sido una constante en el M-19. Además de ser el mes de su onomástico, fue el mes del natalicio y la muerte de EL FLACO, al igual que la muerte de Pizarro.
En este punto, no puedo dejar pasar esa profética frase de Bateman: «Siempre que quede uno del M-19, quedará la esperanza de la lucha. Siempre que quede uno dispuesto a levantar esas banderas que son las banderas de la dignidad de nuestro pueblo, no seremos derrotados ¡nunca!». Por eso, no es casualidad que este 19 de abril también se celebre el natalicio del presidente Gustavo Petro, un hombre que encarna la lucha, la valentía y el compromiso con la causa revolucionaria.
Considero que hablar del EME es hablar de Bateman, también conocido como El Flaco o Pablo, y hablar de este hombre es hablar de uno de los grandes líderes que ha dado este país. Estas sinceras palabras las comparto pensando en mis queridos amigos, hijos, sobrinos y nietos de la gente del M19.