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18 de cada 100 jóvenes están desempleados, revela estudio
Estas cifras ponen a Santa Marta entre las ciudades donde las personas en el rango de 15 y 28 años tienen más oportunidades para trabajar.
El Programa ‘Santa Marta Cómo Vamos’ hizo una lectura de las cifras publicadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que mide el empleo juvenil para el trimestre diciembre de 2022 a febrero del 2023, datos que se aproximan a las dinámicas en las que se mueve el mercado laboral de personas entre las edades de 15 a 28 años. A nivel nacional la tasa de ocupación para este grupo etario fue 45,8%, presentando un aumento de 2,0 puntos porcentuales comparada con el trimestre móvil diciembre 2021 – febrero 2022 (43,8%).
Para el caso de la capital del Magdalena, David García Güette, economista y director del observatorio, asegura que el empleo juvenil se comportó de la siguiente manera: la tasa global de participación fue de un 4.3%, la tasa de ocupación fue de un 36.3% y lo que no es menos importante, la tasa de desempleo fue de un 18. 2%.
Estas conclusiones estadísticas refrendan la posición que tiene la ciudad en materia de empleabilidad, la cual, según el experto, se ve amparada por las ofertas que se dieron en el marco de la temporada turística de inicio de año.
“Nos ubicamos en 3.4% por debajo del promedio de las 23 ciudades, que fue 21.6%. Esto quiere decir que en Santa Marta, aproximadamente, sólo 18 de cada 100 jóvenes que tienen la intención de trabajar no encuentran oportunidades, y que el indicador de desempleo para esta población más joven, casi que duplica la tasa de desempleo global que tiene la ciudad de Santa Marta que fue de 9.3%”, aseguró García.
Según los análisis de ‘Santa Marta Cómo Vamos’, las principales actividades en las que más encuentran salida los jóvenes son el comercio, la reparación de vehículos, la administración pública y todas aquellas relacionadas con el alojamiento y servicios de comida.
Sin embargo, los guarismos generales de informalidad que arrastra el mismo distrito, de cerca del 60%, por el mismo contexto económico, golpean también a las nuevas generaciones.
“La informalidad no termina siendo un atractivo, de hecho, las investigaciones están mostrando, por ejemplo, que el inicio de juventud está disminuyendo en los últimos años, es decir, nos estamos quedando sin fuerza laboral, muchos desisten, se desincentivan para poder seguir trabajando, las duras posibilidades de acceder a algún programa de formación técnica, tecnológica o superior, terminan por afectar el panorama actual. La informalidad desmotiva cualquier tipo de intención donde los jóvenes pretenden vincularse al mercado laboral, que no les ofrece claramente oportunidades”, recalcó el economista.
Las imposibilidades que experimentan los jóvenes recién graduados en otras partes del país para acceder al primer empleo, donde pareciera que la educación universitaria se prepara para la inactividad, tal vez en Santa Marta no causa el mismo efecto. No obstante, se mantiene vigente la discusión de qué resulta más rentable salarialmente, si las largas carreras profesionales de cinco años o las carreras técnicas de dos. En cualquiera de los escenarios, la academia tiene deudas con los pensum que ofertan, toda vez que no responden a las demandas de multinacionales que ven en la ciudad un sitio de inversión.
“Nutresa, las industrias de alimentos más importantes del país, decidió instalarse en la ciudad de Santa Marta para realizar sus operaciones, y la sorpresa que se llevaron cuando abrieron convocatorias para emplear mano de trabajo local, fue que no había técnicos en preparación de alimentos, o tal vez, no los suficientes para satisfacer las vacantes.
Uno también revisa que si bien llegan empresas, que al final es la clave de la inversión privada para poder generar empleo formal y digno, no están encontrando programas académicos para que atiendan esas necesidades con vocaciones productivas que está teniendo nuestro territorio”, concluyó David García.
Según las investigaciones de ‘Santa Marta Cómo Vamos’, el Distrito tiene una amplia proyección para seguir generando empleo en áreas como el turismo sostenible y la agroindustria, pero además para una arista nada explotada, actividades relacionadas con las energías renovables, esta es la tercera capital de la región Caribe con el mayor número de horas de luz solar al día, un potenciales que sigue virgen, pero para el que no hay una formación técnica o profesional vigente en la ciudad o el departamento.