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Atesa demuestra negligencia en prestación del servicio de aseo

Una vez más la empresa de recolección de basuras Atesa volvió a dejar en evidencia el pésimo servicio que le presta a los samarios. En esta ocasión los residentes de la urbanización Ciudad del Sol Etapa Tres, denunciaron que los contenedores que están ubicados en plena vía pública se encuentran repletos de desechos sólidos.
El servicio público de aseo en la ciudad de Santa Marta es una rueda suelta, que se presta con deficiencia, y sin control alguno por parte de Essmar – EPM que no supervisa un contrato que es manejado a su antojo por este operador irresponsable.
La empresa Aseo Técnico de la Sabana (Atesa), operadora del servicio de recolección de residuos en Santa Marta, se sigue aprovechando de la falta de vigilancia, control y amonestaciones, de una dormida Empresa de Servicios Públicos (Essmar), que como supervisora del contrato de concesión, le permite que la inundación de basuras y el atiborramiento de contenedores con desechos sólidos, pasen sin pena y sin gloria. Mientras la ciudad requiere una correcta labor de ambas compañías, estas se olvidan de sus deberes misionales y exponen a los samarios a enfermedades y hedores.
En esta oportunidad los habitantes de Ciudad del Sol etapa Tres, denunciaron a Atesa de incumplir una vez más con la recolección de los desechos orgánicos. La queja tiene trascendencia toda vez que los vecinos del complejo residencial manifiestan que hicieron innumerables llamados a la cuestionada empresa, pero no obtuvieron respuesta.
“Nos tocó pasar todo el día conviviendo con las moscas, y lo que es peor, con esos olores que se producen por la descomposición del material orgánico. Estamos cansados que estas escenas se repliquen, no sólo en mi sector, sino también en toda la ciudad. Yo soy un samario que paga impuesto, que cancelo mensualmente el servicio de aseo, y quedo admirado ante la montaña de basura que me toca soportar sólo porque Atesa no se le ocurrió pasar por aquí”, hizo referencia una persona indignada por esta falla.
Es que la crisis de residuos no es nada nueva en Santa Marta, esa fue una conducta que Interaseo sostuvo hasta el final de sus días y que Atesa heredó. Ambos conglomerados incumplieron y siguen incumpliendo sin importar el perjuicio que se desencadena cuando una ruta se deja prestar.
“Pero ¿Qué podemos esperar de una firma como Atesa y su compinche Essmar, si el cambio en el papel de un privado a otro, lo hicieron a escondidas, como huyéndole a los usuarios? Para nadie es un secreto que no ha habido subsanación de lo que la gente se venía quejando en repetidas oportunidades”, indicó el ciudadano Alberto Acosta.
Ya sobre este caso en particular, el concejal Efraín Vargas había advertido que las consecuencias del cambiazo exprés se sentirían en un futuro inmediato. El cabildante enfatizó que el berroche de las basuras iba a persistir en tanto cuanto no hubiera una mano dura en la supervisión del contrato.
“La empresa Interaseo se fue de la ciudad a escondidas, en horas de la madrugada, sin decirle nada al Distrito, ni a los usuarios, se fue de la ciudad sin darle la cara a los samarios y sin que se le haga un control político de su pestilente actuar. La empresa Atesa ha continuado con las actuaciones reiterativamente en contra de los samarios ingresando escombros al relleno sanitario de Palangana, y por lo tanto incrementando el valor de las facturas que la gente paga por concepto del servicio público de aseo”, aborda el cabildante.
LA HERENCIA DE INTERASEO
Para entender lo que ocurre en Ciudad del Sol Etapa Tres y lo que a diario pasa en otras zonas de Santa Marta, es oportuno citar los hallazgos de la Contraloría General de la República luego de una actuación especial de fiscalización en febrero del año pasado, fecha en la que empezó el análisis del cumplimiento en el Plan de Mejoramiento suscrito entre la extinta Interaseo con la Essmar.
Los resultados evidencian fallas estructurales por parte del entonces operador; según el ente de control, habría un incumplimiento de cuatro hitos necesarios para evitar la emergencia ambiental de proliferación de desechos. Se trataría de acciones y gestiones administrativas para cumplir con un servicio óptimo como lo establece el contrato de concesión número 007 del 11 de marzo de 1993. Este mismo escenario no ha desaparecido del entorno, aún sigue aplicando para Atesa, que llegó a arrastrar con los pecados de su gemela.
En 2022, la Contraloría halló presuntas irregularidades que generaron un impacto negativo en el ambiente de la ciudad, además de la crisis de basura, las denuncias públicas giraban y siguen girando en torno al derrame permanente de lixiviado en los vehículos recolectores de basura, como en el caso de Altos de Villa Concha.
¿QUIÉN ATESA A ATESA?
Los ambientalistas samarios siguen instando al Departamento Administrativo de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa) para que apertura las diligencias con fines sancionatorios, para que Atesa entregue respuestas por la contaminación de vías y avenidas provocado por el rebose de los contenedores.
A su vez, reclaman que la Essmar, intervenida por la Superservicios y gerenciada por EPM, cumpla a cabalidad con su tarea y no siga dilatando su papel de vigía de este contrato de concesión. Condenan que la Empresa de Servicios Públicos sea lenta, laxa, omisiva e indiferente ante una calamidad que se da en sus propias narices día a día.
“No podemos seguir en esta anarquía en cuanto a la prestación de los servicios públicos. Debe haber alguien que le ‘pare el macho’ a Atesa, no queremos seguir pagando la segunda tarifa más cara de Colombia con unas condiciones tan malas como esta. Lo único que pedimos que cumpla con su trabajo y ya”, aseguró otro morador de Ciudad del Sol Etapa Tres