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Francotirador mató a policía vallenato
Yeison Jiménez Charrys, de 27 años de edad, creció al lado de su familia en el barrio Divino Niño de Valledupar.
Consternada se encuentra la comunidad vallenata por la muerte de Yeison Jiménez Charrys, un patrullero de la Policía Nacional que fue asesinado por un francotirador cuando prestaba el servicio de centinela en el corregimiento Las Mercedes, municipio de Sardinata, Norte de Santander.
Jiménez Charrys, es oriundo de Valledupar, tenía 27 años y solo tenía un año de haber recibido el grado en la institución.
De acuerdo con el reporte de las autoridades, el crimen se registró hacia las 5:45 de la tarde del miércoles, en la subestación de Policía Las Mercedes. “El patrullero se encontraba de servicio seguridad de las instalaciones, cuando recibió un disparo de un francotirador, murió de forma inmediata”, informaron las autoridades de la zona.
Versiones preliminares señalan que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) sería el responsable de este crimen, toda vez que este grupo delincuencial tiene injerencia en esta zona del Catatumbo, la cual en los últimos meses ha vivido una cruda y sistemática ola de violencia.
Diego Villamizar, defensor de los Derechos Humanos en Norte de Santander, rechazó el hecho: “condenamos y rechazamos esta acción terrorista contra la Policía Nacional. Hoy una familia llora a su ser querido. Mientras en Norte de Santander asesinan a nuestros policías y militares, el Gobierno premia a los comandantes del ELN y de las disidencias de las Farc levantando las órdenes de captura y convirtiéndoles en gestores de paz”, manifestó.
FAMILIARES PIDEN JUSTICIA
Yeison Jiménez Charrys residió por muchos años en el barrio Divino Niño de Valledupar, desde donde sus familiares exigen a las autoridades justicia por este vil asesinato en enluta a una familia vallenata.
Lilibeth Jiménez, tía del patrullero, desde Valledupar manifestó que el joven solo tenía un año prestando sus servicios a la institución policial. Estaba residenciado en Barranquilla desde hace muchos años, y de donde fue trasladado al Norte de Santander a cumplir sus labores.
“Fue muy buen hijo, hermano y esposo. No hay palabras para describir el profundo dolor que estamos viviendo con esta inesperada situación, por ello exigimos justicia y que el Gobierno nacional asuma las acciones necesarias para establecer responsabilidades”, dijo entre lágrimas.
