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´No vamos a reducir las penas´
El ministro de Justicia, Néstor Osuna, salió en defensa nuevamente del proyecto de ley de reforma penitenciaria que llegará al Congreso en los próximos días, con el que el Gobierno busca modernizar este sistema para que no sea netamente carcelero, sino que cuente con resocialización.
“El tema general es modernizar el sistema penal y penitenciario de tal modo que le ofrezca a la sociedad lo mejor que puede ofrecerle un sistema de ese tipo y no lo que está ocurriendo en la actualidad, donde tenemos un sistema puramente carcelero que ha hecho de estas unas escuelas del delito”, dijo a el ministro a través de una serie de videos publicados en sus redes sociales.
En este sentido el ministro explicó que el proyecto no pretende reducir las penas, pero que desea proponer beneficios para los reclusos que superen diferentes procesos de resocialización.
“Si termina su bachillerato dentro de la cárcel, si aprende un oficio, si hace un curso allí o si trabaja, pueda recibir algunos beneficios para que conserve sus nexos con su familia, para que contribuya con su familia, para que pueda reparar a las víctimas y también para que se vaya reparando para cuando vuelva a insertarse a la sociedad”, señaló.
Estos beneficios, según el ministro, corresponden a permisos de 72 horas, salir a trabajar de día y volver a la cárcel de noche, prisión domiciliaria y justicia restaurativa. Estos delitos tendrán algunas excepciones para algunos delitos.
“Nuestro sistema intenta que el proceso de cárcel de una persona le sirva para salir mejor de como entró. Es decir, lo opuesto a lo que ocurre hoy. Que le permita tener un plan de vida distinto a aquél con el que entró, que le permita ver que hay posibilidades de vivir con tranquilidad, con dignidad, por fuera del mundo del crimen y, en ese sentido, que delinquir no paga”, indicó.
EL PROYECTO
El borrador de reforma a la justicia que presentará el gobierno en marzo, contempla la eliminación de una serie de delitos para afrontar el hacinamiento carcelario y que tengan un tratamiento restaurativo.
Según el ministerio de Justicia, para abordar la crisis humanitaria en las prisiones se busca el fortalecimiento tanto de enfoques alternativos a la solución de los conflictos sociales, distintos a su tratamiento, como delitos, como mecanismos alternativos al encarcelamiento
Por ello el proyecto de reforma judicial plantea eliminar del Código Penal varias conductas que considera podrían tener un tratamiento diferente, a continuación tres de ellas:
INASISTENCIA ALIMENTARIA
Señala el proyecto que entre 2020 y el 6 de junio del año pasado, «hubo poco menos de cien mil denuncias congestionando el sistema penal, a pesar de que este conflicto social podría resolverse a través de otras medidas, como podrían ser las propias de la justicia restaurativa o de la jurisdicción de familia”.
Argumenta también el Ministerio de Justicia en el proyecto, que la Corte Suprema, a través de su jurisprudencia, ha dado por sentado que a pesar de que una lectura de las normas penales impediría otorgar subrogados penales a los autores de la inasistencia alimentaria, “la no suspensión de la ejecución de la pena imposibilita al condenado el cumplimiento de su obligación alimentaria”.
INCESTO
Se suprime el delito de incesto, tipo para penar a quienes realizan actos sexuales o acceso carnal con una persona con la que tengan un parentesco cercano.
Al respecto señala que el incesto es una expresión del concepto de tabú, definido como una práctica que genera rechazo social y que no debe ser realizado.
Empero indica el proyecto que “cabe preguntarse si el derecho penal es la mejor manera de lograr desincentivar esa práctica”.
Concluye que no rinde utilidad social ni penal dotar de consecuencias jurídicas a esta práctica, sin que esto implique que se está indicando que debe ser aceptada o que es correcta.
LA PROTESTA SOCIAL
El proyecto de reforma carcelaria propone también excluir de los contextos de protesta social o manifestación pública la posibilidad de imputar los delitos de concierto para delinquir y terrorismo.