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Para muchos, el personaje más destacado de la campaña presidencial de 2022 fue Francia Márquez, la abogada y lideresa social nacida en Suarez, Cauca, que se consolidó como una líder comunal y particularmente representante de la comunidad afrodescendiente.
Después de aspirar en 2018 a la Cámara de Representantes y de haber liderado la Presidencia del Comité Nacional del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia, Márquez buscó la Presidencia de Colombia junto al movimiento político Soy Porque Somos y que finalmente también le otorgó el Polo Democrático para su aval legal.
La abogada compitió con los demás candidatos presidenciales en la consulta interpartidista del Pacto Histórico, entre ellos con el ahora presidente de Colombia, Gustavo Petro. Después de que el exsenador ganara la consulta presidencial de la coalición de izquierda, Márquez, sorpresivamente, ocupó el segundo puesto con más de 700.000 votos.
Antes de conocerse estos resultados, Petro manifestó que la persona que ocuparía el segundo puesto en la consulta le correspondería ser el candidato vicepresidencial de su campaña, designación que a pesar de estar anunciada, se tardó en confirmar, lo que a muchos les hizo creer que tenía dudas en concretarla.
La lideresa marcó un hito en la campaña y ahora en el Gobierno, al convertirse en la primera vicepresidenta negra que ha tenido Colombia, una de las banderas del Gobierno frente a la inclusión de comunidades vulnerables como afros, indígenas, campesinos, entre otros.
Por ese motivo, la vicepresidenta ha sido una de las personas más relevantes de la actual gestión, por lo que significa su trayectoria, su liderazgo y su papel en la defensa de los derechos humanos. Márquez logró una cercanía y conexión con los colombianos de las diferentes regiones por su férrea defensa a la vida digna y la igualdad.
A pesar de esta relevancia, su presencia, por lo menos a nivel mediático, no ha sido la que esperaban los colombianos que votaron por la dupla presidencial, porque a pesar de ser la segunda persona al mando en el ejecutivo, su papel como funcionaria ha sido relativamente limitado.
Aunque constitucionalmente no podría ser de otra manera, pues el artículo 202 de la Constitución Política de Colombia establece que la única función del vicepresidente es reemplazar al presidente en las faltas absolutas o temporales que llegue a tener, a menos que este le asigne alguna (como fue el caso de la anterior vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, que fue nombraba Canciller), la falta de actividad de Márquez, fue vista como una señal de un posible distanciamiento frente al presidente.
Hasta el momento, no han sido más de 15 los eventos públicos en los que el presidente y la vicepresidenta han concurrido. El más reciente, en Buenaventura, en donde se les vio cercanos y amables.
Para darle mayor visión y gestión en el Gobierno, el presidente Petro, vía decreto, le delegó a Márquez particulares responsabilidades relacionadas con brindar igualdad en los territorios y contribuir a fortalecer la paz en Colombia.
Entre ellas está la ejecución de políticas que garanticen la igualdad, la coordinación de acciones para el avance de zonas del país como Buenaventura, el desarrollo de los compromisos derivados del capítulo étnico del acuerdo de paz final, el cumplimiento de tareas relacionadas con el movimiento afrodescendiente a nivel internacional, entre otras.
Aunque esta labor ya se viene concretando en las visitas de la vicepresidenta a diferentes regiones del país, solo cuando sea un hecho el Ministerio de la Igualdad, que actualmente está en proceso de creación en el Congreso de la República, la Vicepresidenta cumplirá unas funciones más tangibles.
Por el momento, más que en la igualdad ha sido en su presencia internacional en donde Márquez se ha destacado, al punto de que el diario británico Financial Times la reconoció como una de las 25 mujeres más influyentes del mundo en el año 2022, mientras que la Revista Time la incluyó en la lista de los 100 líderes emergentes de todo el mundo.
¿LA VICEPRESIDENTA ES «PROFETA» PERO NO EN SU TIERRA?
Para el analista Jorge Munevar, lo que ha ocurrido con la vicepresidenta es un efecto también del racismo y la discriminación.
“Le han dado espacio pero no reconocimiento y eso por el mismo presidente”, expresó Munevar.
El analista además aseguró que el reconocimiento hacia Márquez no se ha dado incluso en las mismas instancias del Gobierno, coincidiendo con las recientes declaraciones que hizo la vicepresidenta en las que aseguró que ha sufrido actos de discriminación por parte de funcionarios del actual Gobierno.
“Ahora que soy vicepresidenta no tendría que estarle diciendo a los funcionarios públicos, incluyendo en nuestro propio Gobierno, respéntenme, soy la vicepresidenta. Si fuera un hombre mestizo o blanco no tendría que decirlo (…) a mi me toca decirlo todo el tiempo y es desgastante”, expresó Márquez en una entrevista con el diario El País.
Frente a por qué es tan reconocida internacionalmente, Munevar manifestó que se debe no solo a su trayectoria, que es muy destacada, sino a lo que ella representa, que es algo a lo que hoy en día en el mundo se le da un gran valor.
“Le da peso el reconocimiento étnico, de los derechos fundamentales, y eso comienza a hacerse visible e importante. Las propuestas de Márquez son interesantes a nivel internacional porque muestran una realidad que no sólo se maneja en Colombia, sino en diferentes países del mundo”, concluyó Munevar.
Por su parte, el analista y consultor Carlos Andrés Arias manifestó que la figura de una vicepresidenta afrodescendiente en un país que nunca había tenido una adquiere un significado a nivel mundial, al que nosotros no le damos tanta importancia.
“A nosotros se nos vuelve paisaje en consideración a que la vicepresidenta internamente no tiene mucho juego presupuestal, no tiene poder de ejecución como si lo puede llegar a tener el presidente. Por eso, para nosotros, Márquez no tiene ese rol de importancia”, afirmó Arias.
Según el consultor: “Para nosotros lo simbólico perdió importancia una vez se hizo vicepresidenta, ya en su ejercicio de Gobierno sino tiene poder de ejecución, injerencia en políticas públicas, dinámicas presupuestales, para los colombianos empieza a perder esa relevancia”.
/Colprensa