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La quinta oportunidad del Eln para hacer la paz
Como si se tratara de darle otra oportunidad a un moribundo, el Gobierno del presidente Gustavo Petro se empeñó en oxigenar los diálogos con el ELN, una mesa de negociación que llegó al grado más alto de congelación luego de que el grupo guerrillero metiera un bombazo en la Escuela de Cadetes de la Policía el 17 de enero de 2019, matara a 22 agentes y, de paso, echara al trasto dos años de avance y negociación.
Para hacerlo, el presidente Petro dio los primeros pasos en la reactivación de una mesa de diálogos que se creía muerta, más aún cuando el gobierno del expresidente Iván Duque reactivó las órdenes de captura contra la delegación del ELN instalada en Cuba y solicitó la extradición de los cabecillas al gobierno cubano en seis ocasiones.
“Quiero anunciarles que, por decreto he autorizado restituir los protocolos, permitir de nuevo negociadores, permitir que puedan reconectarse con su organización, suspender órdenes de captura a esos negociadores, suspender órdenes de extradición a esos negociadores, para que comience un diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), para intentar construir el camino, ojalá rápido y expedito, en donde esta organización deje de ser una guerrilla insurgente en Colombia”, manifestó el presidente.
El ELN, con 5.397 integrantes, respondió con la liberación de ciudadanos y militares que tenía en su poder “como una muestra de buena voluntad” para el diálogo.
Esos pasos incipientes pasaron a pasos de animal gigante se conoció que la agenda de negociación está muy avanzada y el primer eslabón en esta nueva etapa de negociación será el encuentro de la delegación del ELN que ha permanecido durante cuatro años en Cuba (ver fotografías anexas) con la dirección del grupo guerrillero cuyos jefes, dice Inteligencia Militar, pueden estar en Venezuela y otros en Colombia.
“Esto ya cuenta con un protocolo aprobado por el presidente Petro. Es un protocolo que no es público, pero esta reunión se dará en septiembre. Trazarán estrategias y pueden recomponer la delegación”, expresó una fuente cercana al proceso.
Dentro del protocolo establecido, se hará el traslado de los jefes del ELN que estén en Colombia al punto de encuentro con los delegados y serían trasladados por un organismo humanitario o multilateral que podría ser la ONU o el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR.
LOS PASOS A SEGUIR
Como un explorador, Petro desandó el camino y enrutó la mesa de diálogos con dos decisiones cruciales: autorizar una delegación para explorar nuevamente el terreno y suspender las órdenes de captura de los jefes del ELN pedidos en extradición.
Esa ruta de la “paz total” ya cuenta con un derrotero que el gabinete presidencial presentó al Congreso y que contiene, en esencia, tres puntos de máxima relevancia: la suspensión de órdenes de captura y extradición de combatientes, la concentración de tropas en sitios específicos y la posibilidad de adelantar diálogos regionales con grupos ilegales que azoten una región.
Con ese proyecto de ley como pilar, el próximo paso es la reunión, en octubre, de los delegados del Gobierno nacional con la representación guerrillera para retomar el proceso y establecer la mesa de negociación de manera formal.
El primer punto de la nueva agenda será la evaluación de lo acordado durante el anterior proceso y lo avanzado en participación política, evaluarán los protocolos, la apertura de un cese el fuego bilateral, los países garantes y acompañantes y la sede de trabajo entre las que se barajan países como Cuba, España o Chile.
Esa reunión, según la fuente cercana la proceso, se realizaría en un país entre Colombia y Cuba. Ante esta referencia y los últimos hechos, analistas consideran que el encuentro entre ambas delegaciones se daría en Nicaragua, todo porque en la reunión de votación del acta y condena a ese país por las violaciones de los Derechos Humanos firmada en la OEA, el pasado 12 de agosto, Colombia estuvo ausente y se abstuvo de votar.
Ante las reclamaciones, el ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva Durán, emitió un comunicado en el que indicó que “la ausencia de Colombia en la citada sesión se debió tanto a razones estratégicas como humanitarias y no ideológicas”. Además, dice en otro punto, que “la acción humanitaria de envergadura en Nicaragua coincidió con la votación ese día”.
Con este avance en las negociaciones con esta guerrilla, el próximo paso sería el cese de hostilidades temporal y verificado, como lo explica el analista y asesor de la fundación Paz y Reconciliación, Luis Eduardo Celis.
“En noviembre deberían tener el cese bilateral al fuego, tratar temas humanitarios, medidas de confianza y diseño de proceso de participación”, señala Celis.
Acto seguido, los guerrilleros iniciarían su tránsito a las zonas de concentración que, según el proyecto de ley presentado por el gobierno, contaría con la presencia de la Fuerza Pública, una figura que se usó con el anterior proceso de paz con las Farc y que dista mucho de la llamada zona de distensión de las negociaciones con esa guerrilla adelantadas durante el gobierno del expresidente Andrés Pastrana, entre 1998 y 2002.