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Bonga del 20 de Julio a punto de colapsar
“Acá hay dos asuntos para analizar: el tema ambiental y la vida humana porque el árbol en cualquier momento podría colapsar ocasionando daños”, dijo Manuel Lindo, habitante del sector.
POR
EDGAR
TATIS GUERRA
Los residentes en el barrio 20 de Julio en Santa Marta se encuentran preocupados y en alerta debido al riesgo que representa una legendaria bonga ubicada sobre la carrera 16.
El frondoso árbol casi centenario podría colapsar en cualquier momento ya que su enorme tallo está hueco, carcomido por el comején y otras especies. La bonga se ha convertido en el hábitat de chicharras, mariposas, pájaros e inclusive de ratas.
Aunque se desconoce con exactitud cuántos años lleva sembrada la bonga en ese sector de Santa Marta, la realidad actual confirma que el árbol se ha convertido en un ícono para los habitantes y vecinos del barrio 20 de Julio que desean pueda ser auxiliado por manos expertas.
El grueso tallo de la bonga ocupa una parte de la terraza de una vivienda habitada por la familia Montero. Y precisamente don Orlando Montero Rico señala que no duermen tranquilos ya que el árbol representa un riesgo latente por causa de su deterioro avanzado.
“Este árbol se ha venido acabando muy rápido y en cualquier momento con alguna lluvia fuerte o un vendaval que suceda en Santa Marta lo traería a pique y la tragedia podría ser grande”, recalcó.
El angustiado residente comentó que hace dos años, antes que llegará la pandemia del Covid-19, un grupo de personas llegó con el objetivo de talar el árbol, pero solo alcanzaron a cortar unas ramas. “Una persona que estaba subida en la bonga se le cayó una motosierra que destruyó cinco láminas del techo y nadie nos respondió por ese daño. Nadie dijo nada, se fueron y hasta el día de hoy esta bonga en cualquier momento va a colapsar y originaría una catástrofe”, enfatizó el señor Montero.
Relató además que a sus 70 años y desde que tiene uso de razón vio crecer la bonga, pero no se imaginaba cuál sería su futuro. Dijo que el árbol ha propiciado una gran sombra al sector y se ha ganado el respeto de la comunidad, pero en la actualidad es una pesadilla.
“Cada vez que sopla la brisa me pongo nervioso y en realidad no dormimos tranquilos acá donde resido con mi madre quien cuenta con 98 años. Ojalá alguna autoridad ambiental y las personas conocedoras vengan a mirar para que puedan constatar la magnitud del deterioro, el tallo está hueco y se ha convertido en criadero de ratas y otras alimañas”, puntualizó.
A su turno Luis Enrique Yepes, quien administra un taller de motocicletas al lado de la bonga, dijo que pronto completa seis años en ese sitio y ha sido testigo del deterioro del árbol. “Por todas partes hay comején y salen muchas ratas, hormigas y otros animales raros. Quiero aprovechar este momento para hacer un llamado a las autoridades y que puedan actuar pronto antes que pueda presentarse una desgracia con las personas que estamos cerca y en los alrededores de la bonga”, indicó.
Yepes recordó que en varias ocasiones ha vivido gran susto debido a la caída de ramas las cuales han afectado el techo del negocio, pero también han originado daños a personas que transitan por el sector.
Otro de los vecinos a la bonga es Manuel Lindo quien labora en un establecimiento contiguo y reconoce que dicho árbol constituye un patrimonio para el barrio 20 de Julio. “Este árbol es legendario porque puede tener más de 100 años de vida, pero desafortunadamente con el tiempo las bases del mismo se han ido deteriorando por la invasión del comején”, manifestó.
Según Lindo sería valioso escuchar y conocer los conceptos de los expertos como son los ingenieros forestales, agrónomos o el personal que labora con las autoridades ambientales como el Dadsa o Corpamag. “Acá hay dos asuntos para analizar: el tema ambiental y la vida humana porque el árbol en cualquier momento podría colapsar ocasionando daños. Existe un dilema porque es probable que pueda salvarse o definitivamente habría que talarlo”, anotó.
Para la mayoría de residentes en el barrio 20 de Julio la bonga se ha ganado el respeto y admiración por ser un patrimonio natural, un pulmón generador de oxígeno, pero a otros representa una amenaza o riesgo a sus bienes y a la vida misma como lo afirma don Orlando Montero Rico.
“Cada ser humano tiene una misión en la vida: tener un hijo, escribir un libro y sembrar un árbol. Yo tengo varios hijitos de la bonga sembrados que están listos para ser trasplantados en sitios donde no generen algún riesgo”, subrayó Montero.
Efraín Castillo, actual presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio 20 de Julio, asegura que la bonga presenta muchos huecos lo que amerita una intervención de las autoridades del medio ambiente. “Creemos que el Dadsa es el ente encargado de tomar la mejor decisión para esta comunidad. En verdad que hay personas preocupadas por preservar sus vidas ante el posible colapso del árbol”, aseguró el líder comunal.
Recordó el episodio ocurrido con la bonga ubicada en la entrada al barrio Tayrona que los samarios nunca olvidan porque colapsó al lado de una autoridad que debe velar por el medio ambiente.
La bonga es un ejemplar de la familia de las Bombaceae; su especie es conocida vulgarmente como ceiba bonga (Ceiba pentandra). Es un árbol bien desarrollado, con un porte magnífico y es considerado como uno de los árboles más bellos e imponentes de Colombia.
Ese árbol también ha servido de inspiración a algunos compositores como el cartagenero Eliseo Herrera (fallecido a sus 90 años en 2016), quien logró grabar con Los Corraleros de Majagual el tema ‘La Bonga’.
“Ay yo me quedo aquí debajo de la bonga (Porque la bonga es para reposar). Me gusta el airecito que sopla aquí en la bonga (Porque la bonga es para reposar). Y yo con mi morena me quedo aquí en la bonga (Porque la bonga es para reposar). Y cómo se menea la rama de la bonga (Porque la bonga es para reposar). Weeuu-eeuu-eeuu debajo de la bonga (Porque la bonga es para reposar)”…