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La justicia francesa condenó este miércoles a cadena perpetua incondicional a Salah Abdeslam, el único miembro con vida de los comandos que mataron a 130 personas en París y Saint-Denis el 13 de noviembre de 2015.
Los magistrados siguieron el pedido de la Fiscalía, que reclamó la máxima pena del Código Penal francés contra Abdeslam, por el peor atentado en París desde la Segunda Guerra Mundial.
Minutos antes de emitir esta sentencia, el Tribunal de lo Criminal de París consideró culpables a los 20 acusados que durante casi diez meses han comparecido por su implicación en los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015.
Los jueces declararon culpables por todos los cargos por los que estaban imputados a 19 de ellos, incluido Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que llevaron a cabo las matanzas en la sala de espectáculos Bataclan, en varias terrazas de París y en el Estadio de Francia de Saint Denis.
La sola excepción fue Farid Kharkhach, para el que el tribunal no retuvo una de las inculpaciones, la de terrorismo.
La lectura del veredicto tuvo lugar en un Palacio de Justicia abarrotado, por la presencia de supervivientes y de familiares de víctimas, así como de numerosos periodistas.
Abdeslam recibió la mayor pena, aplicada únicamente en cuatro ocasiones en Francia, pese a los esfuerzos de su defensa por presentarla como una «pena de muerte social» y asegurar que renunció a hacerse explotar la noche del ataque.
«No soy un asesino y si me condenan por asesinatos, cometerían una injusticia», dijo el lunes el francés de 32 años, que presentó de nuevo sus «disculpas» a los supervivientes y a los familiares de las víctimas.
«La opinión pública piensa que yo estaba en las terrazas, disparando a la gente, que estaba en el Bataclan. Ustedes saben que la verdad está en el sentido contrario», urgió Abdeslam al tribunal, antes de que se retirara a deliberar.
Para la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT), el principal acusado, detenido en Bélgica el 18 de marzo de 2016 cuatro días antes de los atentados de Bruselas (32 muertos), sí intentó activar su cinturón de explosivos.
«Tiene las manos manchadas con la sangre de todas las víctimas», aseguraron los representantes del ministerio público.
«Habrá un después»
La mayoría de los otros 19 acusados –seis son juzgados en ausencia, posiblemente están muertos– también reiteraron su «arrepentimiento» o sus «disculpas» y algunos expresaron sus «condolencias» a las víctimas. Muchos dijeron «confiar en la justicia».
«Voy a pasar una enorme página y, tras esto, la vida empezará de nuevo. Esto es seguro. Habrá un después», dijo antes del veredicto al diario Libération Aurélie Silvestre, que perdió a su pareja en el Bataclan y a quien el juicio le permitió «digerir el drama».
La defensa había advertido contra una «justicia de excepción» para estos atentados, que dieron la vuelta el mundo y dejaron un reguero de sangre en el Stade de France, en terrazas de bares de la capital y en la sala de conciertos Bataclan.
«El objetivo de un proceso es entender para juzgar mejor y delimitar la responsabilidad de cada uno y evitar que [este tipo de atentados] se repita», reiteró este miércoles por la mañana Olivia Renan, abogada de Abdeslam.
El atentado se produjo en un contexto de ataques en Europa, cuando una coalición internacional luchaba contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. Miles de sirios llegaban a su vez a suelo europeo huyendo de la guerra en su país.
La cadena perpetua «real» se aplica en muy pocos casos en Francia. Solo se ha decretado en cuatro ocasiones desde su instauración en 1994, para condenados por matar a niños, tras violarlos o torturarlos.
Fuente: AFP Y EFE