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´El secuestro es una de las más graves lacras que arrasó nuestra sociedad´
Por segundo día consecutivo, siete exmiembros del Secretariado de las Farc se colocaron frente a frente con las víctimas de secuestro en el país y reconocieron su responsabilidad.
El turno de este miércoles fue para la política de secuestro con fines extorsivos y de financiamiento, luego de que los exmiembros del Secretariado reconocieran, este martes en la primera diligencia, su responsabilidad en la política de secuestro con fines de canje o intercambio.
Según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la política de secuestro con fines extorsivos consistía en financiarse a través de este terrible flagelo. “En las conferencias nacionales guerrilleras, planes operacionales, en reuniones del Estado Mayor, en los planes tácticos de distintas unidades militares se repite la orden de privar de la libertad a civiles que tuvieran dinero para financiar las operaciones de las unidades militares”, explicó la magistrada Julieta Lemaitre, durante la diligencia de este miércoles.
Los siete exmiembros del Secretariado que se pararon frente a las víctimas fueron: Rodrigo Londoño, Pablo Catatumbo, Pastor Lisandro Alape, Milton de Jesús Toncel, Jaime Alberto Parra, Julián Gallo Cubillos y Rodrigo Granda.
MODALIDADES
El cobro de cuotas a empresarios y ganaderos, los más afectados por este flagelo, que al no pagar extorsiones o que, incluso al pagarlas, fueron secuestrados, es una de las modalidades, según la JEP, de esta política.
El padre del comerciante Héctor Mahecha, por ejemplo, fue secuestrado en 2004 en Chaparral, Tolima, bajo esta dinámica. Según el relato de Héctor, las Farc secuestraron a su padre a pesar de que este pagaba las vacunas y cuando terminó de pagar su rescate lo secuestraron a él y luego su hija sufrió lesiones con un artefacto explosivo, cinco años después de su liberación, al negarse a pagar de nuevo.
“Sacamos a mi hija totalmente ensangrentada, tuvo siete operaciones en el talón, una herida en el costado del abdomen y gracias a Dios no murió”, contó el comerciante. Después de las bombas, tuvo que desplazarse.
A pesar de esto, dijo que los perdona, pero que deben entender que no todo el mundo está preparado para hacerlo. Además, hizo un fuerte reproche a la reparación que se ha realizado con las víctimas.
Rodrigo Londoño, visiblemente conmovido con lo dicho anteriormente, tomó la palabra, aunque no le correspondía hablar, y dijo que como mandos son responsables de los efectos que la política de secuestro generó en la gente. “Hay un principio que dice que no hay estudiantes malos sino profesores malos. Aquí no hay guerrilleros malos, sino malos comandantes, nosotros fallamos en eso”.
Y continúo: «Yo sé que en algún lado nos pueden estar escuchando los que se abrieron de este proceso. Si están escuchando estos testimonios, creo que son un estímulo para que vuelvan a retomar el camino».
Dentro de esta diligencia se narraron también los secuestros de personas que vivían en ciudades o en lugares en donde no conocían a las Farc.