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Así es la Mapaná
Esta serpiente se alimenta sobre todo de pequeños mamíferos, pájaros, lagartijas y serpientes. Detecta a los animales de sangre caliente al percibir su calor corporal por medio de fosetas loreales, un órgano ubicado entre los ojos y el hocico del animal. Se camufla cerca de caminos a la espera de sus presas. Puede tener diversos colores: desde marrón, pasando por el verde oliva hasta el gris. Su longitud puede llegar hasta los dos metros.
En Colombia es conocida como mapaná (Llanos de Vichada, mapaná equis (Region Antioqueña) y taya equis, alusión a las marcas del patrón de coloración que parecen formar una X: por esta misma razón, es simplemente llamada equis en Ecuador. En Panamá se la conoce como mapaná y comparte hábitat con la equis (Bothrops asper). En Trinidad es conocida como mapepire balsain. Otros nombres comunes locales incluyen macagua, pelo de gato, jaracacá amarilla, cuatronarices, pudridora, nauyaca.
HÁBITAT
El hábitat natural de esta especie son las selvas tropicales de América del Sur. A pesar de la vasta destrucción de los bosques tropicales, Bothrops atrox se mantiene entre los más numerosos de la subfamilia de las víboras y no está en peligro de extinción.
COMPORTAMIENTO
Aunque por lo general es una serpiente terrestre, es también una excelente nadadora y trepa a los árboles, incluso para llegar a la presa. Es esencialmente nocturna, pero puede buscar alimento en cualquier momento del día si es necesario.
La dieta principal incluye mamíferos pequeños y aves, aunque también ranas y lagartijas. Muerde las presas de tamaño mayor y las deja libres hasta que el veneno hace su efecto, después de lo cual las detecta a través de su rastro de olor.
VENENO
La mordedura es peligrosa, conteniendo una hemotoxina cuyos síntomas son dolores y grandes inflamaciones locales. Falla aguda de los riñones, problemas de coagulación, necrosis y fallas en el sistema cardiovascular y renal.
Esta serpiente es muy temida por su veneno que es particularmente letal y de acción rápida. La tasa de mortalidad solía ser elevada, pero hoy en día el tratamiento suele ser posible si la víctima recibe atención médica a tiempo. El promedio de rendimiento del veneno es 124 mg, aunque puede llegar hasta 342 mg. La dosis mortal en los seres humanos es sólo 62 mg.