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El sol no se asomó tampoco hubo sofocación entre la mayoría de los votantes que después de ejercer su derecho prefirió irse a sus hogares sin ingerir bebidas frías.
Los vendedores de distintos refrescos que se instalaron en la parte exterior de los puestos de votación no tuvieron una gran demanda de sus productos como consecuencia de las lluvias que cayeron este domingo.
La pertinaz llovizna que se registró durante la fiesta democrática en algunos sectores de Santa Marta y el intenso aguacero que cayó en otros barrios, mantuvo húmedos a la gran mayoría de votantes que no se animaron a consumir la popular limonada, el raspao o el guarapo.
Situación contraria fue la que confirmaron varios vendedores de alimentos calientes como arepas asadas, chuzos, chorizos, empanadas y otra variedad de fritos, ya que sí tuvieron una buena acogida entre los sufragantes después de votar.
En el Centro Histórico más exactamente en los alrededores del puesto de votación del IED ‘Hugo J. Bermúdez’ se pudo apreciar varias ventas de jugos como mandarina, agua de panela y limonada, aunque también hubo vendedores de mazorca asada, papas rellenas, hayacas y otros alimentos que eran comprados por personas de distintas edades que después de ejercer su votación recargaban sus energías.
El vendedor de guarapos Juan Carlos Mejía, quien habitualmente ofrece su refresco en los alrededores de SAO, ayer se ubicó junto a un frondoso árbol sobre la carrera 7, cerca del IED ‘Hugo J. Bermúdez’, manifestó que a pesar de las lluvias pudo vender muchos vasos y hasta les encimó ‘ñapa’.
Mejía dijo que no pudo votar en estas elecciones porque no alcanzó a zonificar su cédula en esta ciudad. “En estas elecciones he podido ver muchas más personas llegando a votar, la lluvia no fue excusa para salir, pero las ventas si se han visto disminuidas, cosa muy distinta cuando hay un sol fuerte y la gente toma su guarapazo para refrescarse”, anotó.
Por otro lado, y de acuerdo con un reporte entregado por algunos líderes cívicos, hubo tiendas en donde no se acató la denominada ‘Ley Seca’ y expendieron bebidas embriagantes de forma subrepticia.
En sectores populares y barrios emblemáticos de Santa Marta varios establecimientos de comercio vendieron cervezas y bebidas alcohólicas, pero para consumir en sus hogares.