Noticias de Santa Marta, el Magdalena, y el mundo!
Peor no habría podido ser. Una larguísima campaña presidencial que se inició un año antes de lo que dice la ley (19 de enero de 2022) en virtud de las consultas interpartidistas cuyo origen y naturaleza muy pocos conocen. Al final, tres coaliciones integradas por quince fuerzas políticas tan sólo produjeron un candidato para Segunda Vuelta, Gustavo Petro.
Ni esta vez ni la anterior de 2018 este aspirante necesitaba tal procedimiento. Entonces, como ahora, era bien claro que su candidatura ganaría sobradamente dentro de la coalición que encabezaba.
Sergio Fajardo, quien lideró la del Centro Esperanza, la califica ahora como experiencia traumática. Su candidato a la Vicepresidencia pronto se trasladó a la candidatura de Petro y así varios de sus integrantes, no sólo para ofrecer votos sino para caracterizarlo en los mejores términos, como si esa hubiera sido la opción original. Y no hagamos referencia a los permanentes choques de opinión y de comportamiento dentro de la coalición. Creo que todos sus miembros han pagado un alto precio por el deplorable espectáculo que ofrecieron. De ellos se esperaba lo mejor. No fue así.
En 2018 los únicos dos candidatos que pasaron a segunda vuelta provenían de las consultas interpartidistas. Entonces, sólo hubo dos consultas. Esta vez tres y sólo un candidato, Petro, llegó a la final.
Exceptuada la de 1994 no recuerdo otra elección presidencial en que se hubieran revelado conversaciones que desbordaban los límites de la decencia política, por decir lo menos. A tal punto que el otro candidato, en mensaje escrito que leyó a los colombianos, se refirió a los participantes en esas conversaciones de la campaña de Gustavo Petro, como una “banda criminal”. Y el precandidato Federico Gutiérrez debió, en la última semana de campaña activa, acudir a la Fiscalía para denunciar los supuestos crímenes que se habrían cometido contra él como parte de la estrategia electoral.
La lucha política se había degradado, o mejor degenerado, la política estaba en franca decadencia; algo que no podía disimularse. ¿Otra manifestación de la crisis de la democracia liberal? ¿Llegaríamos hasta los extremos hasta los que llevó el presidente Trump a la democracia estadounidense? Precisamente en esta semana 13 a 19 de junio, la Comisión que estudia lo ocurrido con la insurrección del 6 de enero de 2021, está presentando revelaciones que van más allá de lo que conocimos y lo que dicen los libros publicados sobre el tema.
Cualquiera que sea el resultado, mañana 19 de Junio, será indispensable recuperar la dignidad del proceso político en todos los escenarios y todas sus manifestaciones. Nuestra democracia reclama eso y mucho más. Que Dios nos guarde para que esos comportamientos no contaminen el Gobierno que estamos eligiendo ni la Oposición que resulte. La política es la superación de la violencia en todas sus formas y manifestaciones. El agotamiento de la política lleva a violencia, brutalidad, desenfreno. Impensable, absolutamente contradictorio que un candidato en la recta final de la contienda presidencial tenga que anunciar que suspende su actividad proselitista para sustituirla por una que garantice su vida. La política es para garantizar la vida de todos y, claro está, la de sus dirigentes. El coraje de César Gaviria, en plena juventud, nos reivindicó la fe en la capacidad de sus dirigentes políticos.
*Exministro de Estado.