Noticias de Santa Marta, el Magdalena, y el mundo!
Los pobres resultados electorales de la Coalición Centro Esperanza (CCE), que ni siquiera logró que su candidato Sergio Fajardo obtuviera los 2.2 millones de votos de la consulta que lo eligió, además de dejar una profunda depresión política entre quienes trabajamos por ese proyecto, plantea serios interrogantes sobre la vigencia y futuro del denominado “centro político”.
Han sido muy analizados los errores de campaña que cometió la CCE, como la invitación a la disociadora Ingrid o las peleas en público de los precandidatos pero creo que hay uno más de fondo que es haberse definido en referencia a los otros partidos, ni derecha ni izquierda, sin presentar una verdadera propuesta diferenciadora frente a sus contrincantes. El mensaje inicial de Fajardo rompiendo y pasando por el centro de la carátula de cierta publicación que ponía la alternativa entre Federico y Petro, fue un mensaje poderoso frente a la polarización, que pretendía atraer a todo el segmento de votantes que no se ubica en ninguno de los extremos. Pero el mensaje se quedó incompleto y no hizo una propuesta clara y contundente. No me refiero a la falta de un programa de gobierno, porque teníamos uno muy completo y bien elaborado, sino a un mensaje, una idea fuerza para conquistar electores. Para decirlo en términos literarios teníamos una extensa novela, pero sin título que atrajera al lector, porque un eslogan como “este es el momento”, genera poco entusiasmo entre los votantes. Los otros candidatos sí tenían este tipo de mensaje, por lo menos Hernández y Petro porque a Federico le bastaba ser identificado como el que dijo Uribe. Petro centró su mensaje en el cambio para la vida y Hernández le arrebató a Fajardo la bandera contra la corrupción, y con su estilo populista y chabacano frente a la seriedad y la decencia de Fajardo, también le quitó los votos.
Pero además de estos problemas de “estilo”, la falta de definición de la CCE refleja la vaguedad del concepto de “centro” en la discusión política. En realidad la CCE era una coalición de matices de centro, desde el centro derecha hasta el centro izquierda, lo cual se hizo evidente en el lánguido comunicado de defunción donde no fue capaz de definirse como grupo y dejaron en libertad a sus integrantes para irse con cualquiera de los dos finalistas en la segunda vuelta. Y así resultó: unos ya están en la campaña de Petro, mientras otros todavía discuten si pueden apoyar a Hernández.
El concepto de “centro político” ha evolucionado mucho y en Colombia es necesario redefinirlo. En la Europa del siglo pasado el centro era la alternativa al fascismo y el comunismo, y ese espacio lo ocuparon los partidos socialdemócratas, mientras que en Colombia el partido liberal de López Pumarejo y Carlos Lleras se definía como una coalición de matices de izquierda democrática. Ese partido hoy se derechizó y entregó esas banderas, pero es necesario reemplazarlo y llenar el vacío que ha dejado.
*Economista.