Canecas y baldes se vendieron como pan caliente en el hueco por cortes de agua

Como si se tratara de un fugaz diciembre, el corte de agua programado por Empresas Públicas de Medellín (EPM) para este puente festivo convirtió los estrechos andenes de la carrera Cundinamarca (53) en una concurrida plaza de mercado.

Abriéndose camino por un desordenado tumulto de peatones, motos, camionetas, camiones y taxis, compradores de todos los rincones del norte del Valle de Aburrá se agolparon allí buscando hacerse a cualquier recipiente plástico para almacenar agua.

En medio de la muchedumbre, serpenteando por las columnas multicolores dispuestas sobre el pavimento, Yesenia Escobar era una de las angustiadas compradoras que buscaba llevarse uno de los preciados tanques.

Pese a la aparente abundancia, explicaba con sorpresa, toda la mercancía acumulada en el andén ya estaba vendida. Tras preguntar por todas partes, ninguno de los apurados compradores podía darle la razón de en donde conseguir una caneca para llevar a su casa.

“Esto empezó desde el miércoles por la tarde, cuando la gente se enteró de que iban a quitar el agua el fin de semana”, precisó Alejandro Betancur, dueño de tres negocios de artículos para el hogar ubicados en los barrios Aranjuez, Popular 1 y París (Bello).

¿Vive en el Norte del Aburrá? No se le olvide recoger agua para este puente festivo

Custodiando un pequeño y codiciado arrume de diez canecas, el comerciante explicó que merodeaba por el lugar desde las siete de la mañana, buscando comprar al menos 150 unidades para abastecer sus negocios. Sin embargo, era tal la demanda, que solo había logrado comprar una decena.

“El jueves alcanzamos a llevar un camión lleno, con 72 canecas, y hoy estamos esperando que nos despachen siquiera 120 o 150, de una capacidad de 120 litros, pero ahí estamos a la espera”, compartió.

“Es el oro de hoy en día”, acotó otro comerciante, luego de reírse y observar la escena.

Cruzando la calle, Gabriel Ossa, gerente de la comercializadora Kostamar, dedicada a la venta de este tipo de artículos al por mayor, precisó que es tal el frenesí que sus ventas se triplicaron en menos de dos días, por lo que tuvo que llamar a sus proveedores y comprar todo su inventario.

“Los tanques los estamos descargando directamente en la calle, porque no tiene sentido llevarlo a la bodega”, dice, señalando que antes de ser descargada de los camiones la mercancía ya tiene dueño.

Durante la jornada de ayer, los recipientes con mayor volumen, de 160 y 120 litros, simplemente ya estaban agotados y los compradores se estaban conformando con cualquier tamaño disponible.

Además de la lucha por los contenedores, la preocupación por los cortes de agua se trasladó a varios puntos de la ciudad, en donde un incremento inusitado de la demanda adelantó la falta del líquido en miles de hogares, según informó EPM.

Hoy un millón de personas se quedan sin agua

Aunque la suspensión del servicio estaba programada para arrancar desde las ocho de la noche, en algunos sectores de Castilla y Bello la presión del agua se redujo ostensiblemente mucho antes.

Buscando mitigar esa situación, EPM decidió anticipar también el despliegue de varios de sus carrotanques en barrios como Pedregal y Barrio Nuevo, en donde la escasez del agua ya se sentía con severidad.

Según los propios cálculos de EPM, el corte de este fin de semana será el más grande realizado por la empresa en la última década, cobijando a cerca de 329.384 hogares y empresas, con aproximadamente un millón de personas.

Luego de repetir su recorrido por la carrera Cundinamarca, a diferencia de muchos compradores, Yesenia Escobar arrastraba con alivio una caneca que había logrado conseguirse en medio del bullicio.

Por su parte, mirando en todas direcciones, Alejandro Betancur decidió quedarse en el lugar esperando tener más suerte y poder aprovechar en sus negocios la inusitada bonanza.