HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Malabares para el ‘rebusque’

POR 
KATHERYN 
SANTAMARIA 

El malabarismo es uno de los pocos trabajos informales en el que comparten escenario personas de todos los estratos. Mientras que unos lo hacen por el rebusque, otros sólo quieren mostrar sus habilidades. En los dos casos emergen cada día más adeptos. 

La falta de empleo y la necesidad ocasionada por el brote de covid-19 ha impulsado a más de uno a dar una solución creativa para resolver dicha problemática.

Tal es el caso de Rene y Víctor con sus malabares y mucha actitud lograron salir adelante durante esta temporada tan difícil.

Malabares para el 'rebusque'

MALABARES PARA SOBREVIVIR 

Trabajar informalmente en los semáforos se ha convertido en su sustento. Cada día afronta un nuevo reto en las calles, pero en esta época la incertidumbre es mucho mayor. Si bien una de las dificultades más frecuentes con las que se ha enfrentado son las distintas restricciones que existen en la actualidad, pues este fin de semana con toque de queda, no podrá salir a rebuscarse.

En medio de trancones, de pitazos, sirenas, lluvia, viento o el fuerte sol, estos artistas itinerantes sacan provecho de los cientos y cientos de automóviles que recorren Santa Marta. Caminan varios kilómetros para buscar el mejor semáforo– y se trasladan a pie desde un punto que tal vez no está dándoles frutos para buscar otro que pueda resultarles mejor.

SUEÑOS Y HERMANDAD 

En un recorrido que realizó HOY DIARIO DEL MAGDALENA no solo encontramos jóvenes inspirados por las artes con sueños apasionados, sino también trabajadores y talentosos.

En las calles de Santa Marta, por ejemplo, es común encontrarse a diferentes artistas en los semáforos. El baile también es otra de las expresiones que usan los artistas callejeros para exponer su talento.

DEL PASATIEMPO A LA PASIÓN 

La mayoría de estos artistas llegaron por casualidad a los malabares. Hace varios años estaba de moda entre los estudiantes de los colegios andar con tres globos rellenos de arroz creyéndose malabarista de circo.

Muchos comenzaron así, con los amigos del colegio o en el barrio. Lo que algunos no se esperaban era que ese juego de adolescentes se iba a convertir en su modo de vida, en el puente para alcanzar sus sueños, en su trabajo.

“Soy de la costa de Uruguay llevo dos años en Santa Marta y me dedico esto desde que tengo 18, me motivó porque es una disciplina y una especie de deporte también te da la libertad de conocer muchos lugares del mundo. Lo que un trabajo formal no”, explicó con emoción Víctor Ariel.

MOTIVACIÓN PERSONAL 

El cansancio y dolor en el cuerpo por el esfuerzo físico también tiene su recompensa. Para Rene, el arte que realiza en las calles lo hace sentir orgulloso y afirma que “no se arrepiente” de haber dejado el trabajo de obrero que tuvo hace unos años por la labor artística con la que se gana la vida. “Vine de Sincelejo y vivo del arte callejero, me la mantengo viajando haciendo esto cada día, inicie en esto una vez que llegue acá a Santa Marta, conocí unos chicos argentinos y me inculcaron esa manera de vivir, me gustó mucho, aprendí mucho de ellos y así me fui a dar un viaje por Sudamérica solo haciendo malabares en cada semáforo”.

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