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Santa Marta, la ciudad más costosa de Colombia: Dane
Los alimentos y servicios públicos impulsaron a la capital del Magdalena a mantener un ritmo inflacionario incontenible.
Por fin un informe económico del Dane le da la razón a los consumidores, a aquellos que se meten la mano al bolsillo para costear bienes y servicios que terminan ahorcando el presupuesto familiar. Y eso es lo que ocurre en Santa Marta, donde el costo de vida está por las nubes y ello lo acaba de confirmar el Dane. Santa Marta fue la ciudad más costosa del año 2021 en Colombia. Fue la campeona. Tuvo una inflación de 8.99%
Le siguen en su orden la ciudad de Cúcuta con 8,69% y Popayán con 8,42%, mientras que el costo de vida en Colombia alcanzó el 5,62 % durante el año 2021.
Así lo confirmó Juan Daniel Oviedo, director del DANE, quien aseguró que la inflación durante 2020, año en el que se presentaron las mayores restricciones a causa de la crisis sanitaria del Covid-19, fue del 1,61 %, lo que evidencia un crecimiento considerable.
El informe del DANE también reporta el alza en los precios de la carne, papa y leche durante el año que acaba de culminar, precisando que la inflación de alimentos básicos consumidos al interior del hogar fue de 17,23% en donde la papa tuvo un incremento de precios del 111,00%, la carne de res del 33,03% y la leche de 12,79%.
“El comportamiento anual del IPC total en diciembre de 2021 que fue del 5,62% se explicó principalmente por la variación anual de las divisiones Alimentos y bebidas no alcohólicas y Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles. Las mayores variaciones se presentaron en las divisiones alimentos y bebidas no alcohólicas con el 17,23% y restaurantes y hoteles con el 8,83%”, señaló el DANE.
Asimismo, se presentó un incremento en secciones como transporte con el 5,69 %, las bebidas alcohólicas y tabaco con el 4,60%, los muebles, artículos para el hogar y para la conservación con el 4,34%, los bienes y servicios diversos con el 4,19 %, lo que evidencia una variación en la mayoría de sectores a excepción de la información y la comunicación y de las prendas de vestir y calzado.
“En diciembre de 2021 las mayores contribuciones a la variación anual en las doce divisiones del IPC Total se registraron en las siguientes subclases: carne de res y derivados con 0,64%, comidas en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio con 0,64%, carne de aves con 0,33% y electricidad con 0,30%. Las subclases con las menores contribuciones fueron: servicios de comunicación fija y móvil y provisión a internet con -0,47 puntos porcentuales, arroz con -0,16 puntos porcentuales y prendas de vestir para mujer con -0,08 puntos porcentuales”, indicó el DANE.
Colombia acumuló la inflación más alta en los últimos cinco años y por encima de la meta anual del 3% que había establecido el Banco de la República, debido al incremento de los precios en medio de la recuperación del consumo interno tras los efectos de la pandemia del Covid-19, teniendo en cuenta el análisis del Banco de la República, el pronóstico de inflación para 2022 se estableció en 3,7%.
El panorama para 2022 llega cargado de grandes cambios en los precios de los servicios e impuestos que deben cancelar los colombianos, quienes a pesar de tener un aumento en el salario mínimo, ven con dificultades el pago de sus obligaciones luego del impacto económico que dejó la pandemia del Covid-19.
Con el cambio de año también llegan los aumentos y para este 2022, con el incremento del salario del 10.7% y una inflación del 5,62%, la vida de los colombianos tendrá significativos cambios.
LA META 2022
Cabe recordar que la meta del Banco de la República en términos de inflación es del 3 % como promedio anual para cuando termine el 2022. La optimista cifra se ubica justo en el medio de lo que fueron los meses con mayor y menor inflación en 2021: marzo (1,51 %) y noviembre (5,26 %).
Para el analista José Roberto Acosta la inflación se determina por cuatro factores: el aumento del salario mínimo, la expansión monetaria, la devaluación del peso colombiano y la reactivación económica. Sin embargo, considera, estos son elementos cuya trascendentalidad no debería perdurar más allá del tercer trimestre del 2022. Lo que sí sirve como hoja de ruta, indica Acosta, es la tendencia mundial inflacionaria, a la que Colombia debería atender con regularidad:
“Si tenemos en cuenta que la devaluación del peso en la tasa de cambio es una variable que ni Banco de la República ni Ministerio de Hacienda han podido controlar, en un ambiente mundial de inflación, es inevitable ver medidas como disminuir la liquidez por parte de bancos centrales. El ambiente mundial sigue siendo predominante frente a las escasas herramientas que tiene el Banco de la República”.
Y sobre esas “escasas herramientas” del emisor habló Munévar, quien, a manera de consejo, dijo que el Banco de la República debería mantener su conducta heterodoxa en el manejo monetario. Pero recordó que “el emisor, constitucionalmente, es autónomo para tomar decisiones internas en momentos de dificultad como el que se avecina”.
Señaló también que el panorama político puede llegar a afectar de manera negativa las cifras de inflación. Su argumento es que la tensión al respecto de quién llegará a ser presidente de Colombia es algo que también comparten los inversionistas internacionales y las firmas evaluadoras de riesgo.